Una familia alemana adora España, se va a vivir aquí y acaban volviendo a su hogar: "Desafortunadamente, la realidad fue diferente"
Se toparon con un problema muy conocido, y sufrido, por los españoles.

Hacer las maletas y trasladarse con toda la familia a donde otros solo van de vacaciones sonaba muy bien para la familia alemana que forman Jennifer Itinga Fontan y Lukas Reinike junto a sus dos hijos. Sol todos los días y el mar mediterráneo, ¿qué podía salir mal? Así pensaban al mudarse a España hasta que, finalmente, tuvieron que volver a Alemania.
"Desafortunadamente, la realidad fue diferente", descubrió Reinike, según ha contado al medio Remscheider Generalanzeiger. Tras mucho tiempo dándole vueltas, finalmente se mudaron cerca de Denia, en Alicante, en julio de 2014 en su búsqueda de una mayor seguridad que en la ciudad alemana en la que vivían, Remscheid.
Los padres de Itinga ya vivían en España, así que decidieron quedarse con ellos en lo que buscaban un lugar donde vivir. Sin embargo, se econtraron con un problema muy conocido, y sufrido, por los españoles: lograr una vivienda. "No encontrábamos un apartamento asequible. Los caseros preferían alquilar a turistas o solo para estancias cortas", señaló el hombre. "Siempre íbamos con las maletas llenas y nunca llegábamos del todo", agregó.
A esto, además, se sumó el mayor coste de la vida y los salarios más bajos. "No puedo trabajar dos o tres veces más para llegar a fin de mes", apuntó Itinga Fontan. Para los niños, según señalaron, emigrar no fue un problema. Enseguida hablaban español con fluidez, hicieron amigos y disfrutaron de la seguridad de la vida en el pueblo.
Sin embargo, ella trabajaba 20 horas a la semana como asistente administrativa en una residencia de ancianos por el mismo salario que un trabajo a tiempo parcial en Alemania. Él trabajaba desde casa como representante de atención al cliente para la cadena de moda de lujo Breuninger. Pero no les alcanzaba para vivir.
El calor, aseguraron, tampoco ayudó. Finalmente decidieron volver a hacer las maletas y regresar a Remscheid. "¿Podría habértelo dicho antes?" o "¿Estás loco? ¿Has vuelto a Remscheid desde España?" son algunas de la frases que tienen que aguantar ahora de sus conocidos. Pero ellos están felices de vuelta en Alemania.
