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Soy técnica en nutrición y esto es lo que tengo en cuenta cuando disfruto de una cerveza en verano

Soy técnica en nutrición y esto es lo que tengo en cuenta cuando disfruto de una cerveza en verano

Esta experta da una serie de pautas sobre sus ventajas e inconvenientes para no tener que renunciar a ella de forma saludable.

Unos amigos brindan con una cervezaGetty Images

La cerveza bien fresquita en una terraza es casi un ritual veraniego. "No se trata de demonizarla ni de prohibir placeres sociales, sino de entender qué implica su consumo y qué tener en cuenta para que forme parte de tu verano sin restarte bienestar", destaca la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón. Y comparte lo que ella misma tiene en cuenta cuando se tomo una cerveza ("sí, yo también lo hago", reconoce) y cómo da consejos sobre tomar decisiones más conscientes sin perderse este placer.

En primer lugar, Luzón destaca que debemos saber que la cerveza "sí, refresca, pero no hidrata". "Aunque la cerveza parece saciar la sed, no hidrata como el agua. De hecho, al tener alcohol, favorece la deshidratación. Si hace mucho calor o estás tomando el sol, es importante que la acompañes de agua o que tomes al menos un vaso entre cerveza y cerveza", señala.

En segundo lugar, habla de lo que acompañamos con la cerveza, por lo general, un picoteo salado. "Las cervezas en terraza rara vez vienen solas. Las acompaña pan, patatas fritas, aceitunas... Todo rico, pero muy salado. Esto puede aumentar la retención de líquidos y empeorar la digestión si se convierte en costumbre. Así que, si puedes elegir, opta por opciones como gazpacho, encurtidos, mejillones al vapor...".

También nos advierte de que tengamos "cuidado con la falsa costumbre diaria" veraniega: "Una cerveza de vez en cuando no supone un problema. El asunto es cuando se convierte en una rutina diaria 'porque es verano'. Ahí ya no es tanto lo que tomas, sino la frecuencia y la normalización de un consumo que no te aporta nutrientes. Plantéatelo así: ¿esto me apetece hoy de verdad o es automático?", propone Ana Luzón.

Y un cuarto aspecto que destaca es la importancia de lo que representa tomarse una cerveza, más que el hecho en sí de beberla. "A veces no es tanto la cerveza en sí como lo que representa: el descanso, la desconexión, el encuentro", señala la nutricionista. Y propone algunas alternativas: "Puedes probar con agua con gas y lima, tinto de verano con mucho hielo y poco vino, cerveza sin alcohol, infusiones frías o kombucha (si toleras bien la fermentación)".

En conclusión, el foco no tiene que estar en “quitar la cerveza”, dice esta experta, "sino en el conjunto de tus hábitos diarios". "Si el resto del día estás hidratándote bien, comiendo fresco, moviéndote un poco y descansando, una cerveza ocasional no va a estropear nada. Eso sí, si te sientes más cansada, hinchada o con más hambre emocional después de ese consumo, puede ayudarte observar cómo te sientes después y decidir si eso es lo que realmente necesitas", aconseja.

Así que no hay que olvidar, dice Luzón, que el verano es para disfrutarlo, no para vivirlo con culpa. "Pero disfrutar también significa estar conectada contigo misma, saber qué necesitas y actuar desde el cuidado, no desde la costumbre. La cerveza puede tener su lugar, claro que sí, pero no hace falta que lo tenga todos los días. Tú decides qué momento vale la pena y cómo acompañarlo para sentirte bien", concluye esta experta.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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