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La mente de un hombre es un campo de batalla

La mente de un hombre es un campo de batalla

Estaba acurrucado en la ducha, llorando incontrolablemente. Algo se me pasó por la cabeza: "Menos mal que no hay nadie más aquí". Acababa de volver del hospital donde me habían extraído restos de metralla de la cabeza. Estaba en la base de las Fuerzas Aéreas de Tallil, al sur de Irak.