'Ya sabes cuál no', pero estos son todos los cambios en el Gobierno de Mazón desde la DANA
El 'president' llega al aniversario de la catástrofe con la promesa de una nueva remodelación en su gabinete, desoyendo las peticiones de dimisión, y con una incógnita que crece al ritmo de las intervenciones de Francisco Camps: ¿A la tercera va la vencida?
"Hace falta que algo cambie para que todo siga igual", decía aquel príncipe italiano, asentando la máxima del gatopardismo cuya sombra sigue acechando en la política del siglo XXI. Este 29 de octubre se cumple un año desde que las riadas de la peor gota fría del siglo segaran la vida de 229 personas en la Comunidad Valenciana, un desastre cuya gestión se dirime en la actualidad en tribunales.
Desde esa jornada, el president valenciano, el popular Carlos Mazón, acumula incontables peticiones de dimisión, pero él usó una carta distinta a la de su despedida. La misma que, a juzgar por sus últimos movimientos, todavía cree que no está agotada. Mover sillas en su gabinete, pero garantizando que la suya siga presidiendo la mesa.
Mazón ha puesto fecha a la que será la tercera crisis del Ejecutivo valenciano. El próximo miércoles 5 de diciembre, desvelará los cambios y los nombres de quienes sustituirán a los altos cargos salientes. Más allá de la de quien fue su fichaje estrella para encargarse de la estrategia y hoja de ruta de la reconstrucción, el teniente general retirado Francisco José Gan Pampols, se desconoce qué pasos dará el mandatario valenciano. Pero sí que quedan todavía en el recuerdo los que dio anteriormente.
Estos son todos los cambios de rostros y golpes de timón que ha dado el president valenciano en su Gobierno autonómico desde que se produjo la DANA (excepto el único que no ha hecho y que sabes perfectamente cuál es).
De "los mejores" con Vox a las primeras salidas tras la dana: dos años frenéticos de legislatura autonómica
Situémonos. Corría el verano de 2023 y los titulares previos ya habían deshojado la margarita. Tras importantes tira y afloja -al igual que en otras comunidades de similar aritmética entre derecha y ultraderecha- Mazón acababa cediendo a los postulados y consignas de Vox desbloqueando un Ejecutivo de coalición que ponía fin a los tiempos del Pacto del Botanic. En julio, ese Gobierno fue presentado como el de "los mejores". Pero el tiempo -no mucho, la verdad- acabó demostrando que quizá se había utilizado esa descripción a la ligera.
Aquel primer Ejecutivo del PP valenciano y de Vox, es decir, el Consell de "los mejores" duró solo un año. En julio de 2024 saltó por los aires junto a las otras cuatro coaliciones que compartían cuando la dirección nacional de los de Abascal ordenó romperlos después de que el PP avalase la distribución de 347 menores no acompañados en las distintas comunidades votando a favor en la Conferencia Sectorial de Infancia y Juventud. Con todo, ese primer gabinete tuvo más importancia por lo que ocurriría tan solo tres meses más tarde.
La ultraderecha se había granjeado una vicepresidencia y tres consellerías, además de casi una veintena de altos cargos, concretamente, 17. El extorero Vicente Barrera -actual dirigente de Vox en la comunidad- se erigía en vicepresident y conseller de Cultura y Deporte. Los de Abascal también habían conseguido otro departamento que buscaban en todas las comunidades, con José Luis Aguirre ostentando el cargo de conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca. Pero entre las 9 consejerías que se repartieron PP y Vox y que conformaban el primer Consell de Mazón, hubo una que acabó tornándose clave. Y era la tercera que había caído en manos de Vox.
Elisa Núñez era nombrada como consellera de Justicia y Interior, asumiendo también las competencias de Emergencias de la Comunidad Valenciana. En un momento en el que Vox reclamaba este tipo de áreas de gobierno en sintonía con demandas en materia de seguridad y postulados xenófobos contra los migrantes, ¿quién iba a pensar que el ámbito de las Emergencias sería el que iba a acabar marcando ese cargo en esta legislatura? Quien sí pudo hacerse una idea tras la salida de Núñez fue Salomé Pradas, ya que se convertía en la nueva consellera. Por poco tiempo.
Los ceses y cambios en medio de los gritos de: "¡Mazón, dimisión!"
Básicamente, Mazón aprovechó para cargarse una vicepresidencia y ampliar hasta 10 las consejerías, con algunas modificaciones. Barrera, Núñez y Aguirre fueron cesados tras conocerse las órdenes de Abascal. Así fue como Susana Camarero se convirtió en vicepresidenta y consellera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, mientras que Salomé Pradas promocionaba desde la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio hasta Justicia e Interior. El popular Miguel Barrachina era el elegido para Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca; tras la mencionada remodelación de las áreas de los propios departamentos.
Cabe señalar que Pradas sí había tenido experiencia previa en la materia que atañe a la conselleria que abandonó cuando la espantada de Vox. Antes de estar aquel año a la batuta de Medio Ambiente, había sido la directora general de Medio Natural de la Generalitat Valenciana en 2015. De la mano del Gobierno autonómico del popular Alberto Fabra y en el último año antes de que los socialistas de Ximo Puig se impusieran en las siguientes elecciones valencianas.
Así, ese nuevo Ejecutivo remodelado y con el PP en solitario llegó al 29 de octubre de 2024. Y ocurrió lo que todos sabemos, vimos y recordamos tras sucederse las imágenes de las riadas destrozando todo a su paso, de gente aferrada a farolas o a lo que había mano y de la ira de quien acababa de recibir el mensaje de alerta ya en este tipo de situaciones. En los semanas posteriores, concretamente a la cuarta, la primera cabeza que cayó fue la de Pradas. Junto a ella, la de su 'número 2' y secretario autonómico de Seguridad y Emergencias Emilio Argüeso.
Ambos conformaron el primer cortafuegos entre el Govern y los gritos de los manifestantes que han venido reclamando la salida -o incluso a Feijóo su destitución- de Mazón. Pradas era la persona que llegó a afirmar que le habían informado ese mismo día de la existencia del sistema ES Alert, a pesar de que ya se había utilizado y probado dos años antes durante el Gobierno tripartito. O a sabiendas de que su predecesora, Elisa Núñez (Vox), había sacado pecho del estreno del sistema el año anterior y que quedó recogido en nota de prensa o en publicaciones en redes sociales que hablaban incluso de su puesta en marcha con la cronología exacta.
En ese baile de nombres, fue cuando la actual vicepresidenta primera, Susana Camarero, comenzó a cobrar más importancia y poder en el Ejecutivo que Mazón remodelará en noviembre. Pasaba a convertirse en la nueva voz del Consell, además de mantener la Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda. No fue el único parapeto ante el que se guareció el president valenciano. La gran apuesta, el gran nombre que dio el mismo Mazón que había fiado su destino político -o eso asegura Feijóo- a la reconstrucción tras la dana fue, precisamente, la del hombre al que había buscado fuera de las filas del partido para convertirse en su vicepresidente segundo y en el encargado de diseñar esa reconstrucción: Francisco José Gan Pampols.
La elección del teniente coronel retirado como vicepresidente segundo y conseller para la Recuperación Económica y Social de la Comunidad Valenciana sorprendió a muchos, pero el posterior anuncio de su salida no lo hizo con nadie. La fecha de caducidad de ese cargo había sido una de las premisas con las que se anunció la apuesta por un independiente que materializase lo que hoy conocemos como Plan Endavant.
Se trata de la estrategia de reconstrucción y prevención de futuras catástrofes que contiene una serie de 339 medidas o actuaciones valoradas en la friolera de 29.000 millones de euros y en el que también hubo participación de la la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) Asesores de Negocios SL, que se hizo con el contrato de emergencia por un total de 2,1 millones de euros. Pampols fue nombrado el 19 de noviembre y estará fuera del Govern antes de que haya transcurrido un año. Mazón ya le ha despedido con bellas palabras de su gestión, pero quizás sean más interesante las declaraciones de lo que opina él tras casi un año en el Consell.
"Se podría hacer más y mejor pero no se hace. Igual es por incapacidad", dijo Pampols, quien aseguró que para nada estaba siendo cesado al concretar su salida el 4 de noviembre. Dejó claro que se va "porque quiere" y porque ya había venido advirtiendo que "formalmente todo lo que había que hacer está hecho".
Aunque no sonó tanto, también cayó por el camino la que por aquel entonces era consellera de Industria, Nuria Montes, acusada de "falta de empatía" con las víctimas y en una suerte de recordatorio de cómo el PP valenciano fue modulando su discurso a medida que se hacía patente la magnitud de la tragedia -y el alto coste político que podría tener-. Tuvo que ponerse sus zapatos Marián Cano, que hasta ese momento era presidenta ejecutiva de la patronal del calzado.
"Es muy importante que todas las personas sepan que aquí no se va a permitir, no se van a entregar cuerpos a familias, no se va a permitir el acceso de familiares a la zona donde tenemos custodiados a todos los fallecidos, así que tienen que esperar de forma obligatoria la llamada del juzgado y la entrega de la documentación pertinente", fueron las declaraciones de Nuria Montes, pero sobre todo el tono y las formas, las que le costaron el puesto.
En tan solo unos días, conoceremos de nuevo todos los cambios que conformarán la tercera remodelación del Govern valenciano. El mismo cuyo máximo dirigente no ha variado el objetivo final con el que fue investido en un lejano 2023. La meta de gobernar agotando la legislatura que, en teoría, finalizará en 2027. Quizás solo con una duda, la de quién será el nombre que logre calmar las aguas en un PP valenciano en el que ya no pasan desapercibidos los constantes toques de atención y actos del expresident -ya redimido en tribunales- Francisco Camps.