Desde el mediodía de este lunes, un apagón eléctrico ha dejado sin suministro a gran parte de la península, provocando incidentes en transportes públicos y servicios esenciales. Las comunidades autónomas han convocado sus respectivos gabinetes de crisis para gestionar la situación y minimizar los efectos del apagón.

El Departamento de Interior ha dirigido un gabinete de crisis con la prioridad de evacuar a las personas atrapadas en el metro y el tren, especialmente aquellas que se encuentran en túneles y ascensores de edificios públicos y privados. Además, se ha convocado una reunión urgente del Centro de Coordinación Operativa de Emergencias (CECOR) para organizar la respuesta de los distintos cuerpos de emergencias y policiales.

En Madrid, el Ayuntamiento ha activado su Plan de Emergencias Municipal, priorizando el rescate de las personas atrapadas en ascensores. La Policía Municipal está regulando el tráfico en las principales glorietas y se ha desplegado completamente para atender las complicaciones causadas por la falta de funcionamiento de los semáforos. Todas las bases del Samur-Protección Civil están alerta para actuar cuando sea necesario.

Otras comunidades como Galicia, Castilla-La Mancha y Aragón han activado sus planes de emergencias, esperando la recuperación del servicio, como ya ha ocurrido en las tres capitales vascas. En San Sebastián, la luz volvió a las 13:10 horas, en Bilbao a las 13:45 horas y posteriormente en Vitoria.

Ante esta situación, se ha activado el Plan Territorial de Emergencias de Protección Civil en fase de emergencia, situación operativa 1. Las autoridades han pedido a los ciudadanos mantener la calma, evitar desplazamientos innecesarios y seguir las recomendaciones oficiales. La fase 1 de emergencia implica que el suceso ya ha ocurrido y sus efectos pueden ser paliados con los medios disponibles en el ámbito territorial afectado.

Fases y situaciones de emergencia

El Gobierno de España establece varias fases y situaciones de emergencia en su Guía de organización operativa estatal para la respuesta inmediata ante emergencias de protección civil, adaptadas al tipo de riesgo, su impacto en la población y bienes, el ámbito geográfico y la duración. Estas fases son:

Fase de preemergencia: También conocida como fase de alerta y seguimiento, en esta fase se considera la existencia de una alerta o información sobre la posible ocurrencia de un riesgo que pueda generar situaciones peligrosas para la población o sus bienes. Es una fase preventiva en la que se activan todos los sistemas de información y alerta disponibles según la naturaleza del riesgo.

Fase de emergencia: En esta fase ya se tienen informaciones concluyentes de que la probabilidad alta de ocurrencia del riesgo es inminente o bien que han empezado a producirse consecuencias para personas y sus bienes asociadas a su evolución. Se activa el plan correspondiente.

Dentro de la fase de emergencia, se contemplan cuatro situaciones diferentes:

Situación 0: Es una situación de transición, por lo general en emergencias que puedan ir escalando con el tiempo en su nivel de gravedad. Se prevé la inminencia del suceso y se activa el plan de emergencia en su ámbito correspondiente, generalmente de índole municipal.

Situación 1: El suceso ya ha ocurrido y sus efectos se pueden paliar mediante el empleo de los medios disponibles en el ámbito territorial afectado, o con apoyos puntuales de ámbito superior, como es el caso de los incendios forestales.

Situación 2: La situación producida supera la capacidad inicial de respuesta de la Comunidad Autónoma afectada que dirige la emergencia, con los medios y recursos disponibles en su ámbito territorial. Además, se tiene previsión de un paulatino o fugaz empeoramiento de la misma. Precisa el apoyo estatal, con los medios y recursos de diferentes titularidades que sean necesarios en cada caso.

Situación 3: En esta situación se considera que está en juego el interés nacional y es declarada por el ministro del Interior, bien por propia iniciativa o a instancias de las Comunidades Autónomas afectadas o de los delegados del Gobierno en las mismas. El director de la emergencia es el propio ministro del Interior y la Unidad Militar de Emergencias (UME) asume la dirección operativa de la emergencia bajo su dirección.

Fase de normalización

Aunque esta fase no es objeto de la guía, en la misma se dan las circunstancias adecuadas para el retorno a la normalidad en las zonas afectadas por la emergencia. Se realizan las primeras tareas de evaluación de daños y rehabilitación de los servicios e infraestructuras dañadas. También se comienzan las tareas de estudio de las posibles subvenciones y ayudas a articular por las diferentes administraciones competentes, con el fin de paliar, en la medida de lo posible, los daños sufridos por los ciudadanos.