El fabricante de las cuchillas de Melilla dice que su fin "no es cortar" sino su "efecto psicológico"

El fabricante de las cuchillas de Melilla dice que su fin "no es cortar" sino su "efecto psicológico"

GTRES

Las cuchillas de la valla de Melilla no tienen como finalidad cortar, sino disuadir. Eso es, al menos, lo que argumenta el fabricante de la llamada concertina, la empresa malagueña European Security Fencing (ESF), frente a las críticas de ONG y algunos partidos políticos.

Según Antonio Mora, gerente de esta compañía que fabrica diariamente 10 kilómetros de este alambre que se reparten por todo el mundo, las concertinas que se están instalando en la parte superior de Melilla tienen un "efecto psicológico y visual de que hay unos filamentos que si accedes te puedes hacer daño".

Mora ha manifestado a Efe que "si llegan las avalanchas donde se suben a la vez 300 personas en la valla, unas encima de otras" la concertina termina haciendo "algún rasguño o corte", ya que, según ha explicado, esto ocurre por "la presión que ejercen las personas sobre la chapa metálica".

"La finalidad no es ni cortar ni pinchar a nadie" ha destacado Antonio Mora, quien ha apostillado que "no es un elemento para hacer daño a las personas sino para disuadir".

Según el fabricante, el efecto concertina "consiste en que el inmigrante que quiere saltar la valla vea que hay unos filamentos y evitar el salto". Mora ha insistido en que es una estrategia de seguridad pasiva y que los cortes fuertes solo se producen por "aplastamiento", y ha añadido que en la fábrica "jamás" han llevado a ningún trabajador "a que le hagan un punto de sutura por el empaquetamiento o fabricación del producto".

"UNA DE LAS MENOS AGRESIVAS"

El fabricante ha aseverado que tienen once modelos diferentes de concertina y que la instalada en Melilla es "una de las menos agresivas", y ha dicho que de sus productos el instalado en la ciudad autónoma "es uno de los elementos menos punzantes".

La polémica surge a raíz de su colocación en áreas fronterizas como las de Ceuta y Melilla cuya situación se encuentra entre uno de los pasos migratorios más fuertes entre África y Europa, motivo que ha impulsado al gobierno instalar concertinas con el fin de frenar ese flujo.

Carlos Arce, coordinador del Área de Inmigración de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), ha denunciado a Efe que la instalación de concertinas para el control de flujos migratorios "sólo van a provocar más vulneración de derechos humanos, más sufrimiento y, en algunas ocasiones, más muerte".

Arce ha manifestado su desacuerdo con las declaraciones del Gobierno sobre la finalidad de las concertinas, ya que según ha dicho justo después de saltar la valla "muchos inmigrantes tienen que ser atendidos por cortes profundísimos principalmente en las manos y en otras partes del cuerpo".

"Ese tipo de instrumentos sólo ponen en riesgo la vida de las personas, que van a seguir intentando llegar al territorio de España y la UE mientras que las condiciones de vida en sus países de origen sigan tal y como están", ha destacado Arce quién ha denunciado que el Gobierno juega a dos barajas, y que si se quieren utilizar "no se puede negar la evidencia".

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Soy subdirector en El HuffPost España. Junto a todo el equipo, trato de que el medio conserve la esencia que le caracteriza desde su fundación: escuchar a la gente, no importa desde donde nos lea, apostando siempre por nuevos formatos y por el contenido que demanda la calle, tratado siempre con la máxima rigurosidad.

 

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Me centro en virales, cultura digital y tendencias sociales, con especial atención a cómo ciertos fenómenos aparentemente ligeros abren la puerta a debates más profundos. Por ejemplo, el reportaje con el que se dio a conocer Alfredo Corell: “La charla de un profesor de universidad que puso en pie a todo un auditorio”. En aquella época, Corell era un desconocido para el gran público, pero a partir de ese artículo, que tuvo cientos de miles de lectores, su popularidad fue creciendo hasta convertirse en uno de los científicos más respetados de España, con galardones como el I Premio CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica.

 

Mi trayectoria

Nací en Valladolid, estudié Periodismo en la Universidad de esa misma ciudad y fui becario en 'El Día de Valladolid'. Luego dejé mi tierra para cursar el Máster de Periodismo de la Universidad Autónoma de Madrid y trabajé un año en 'El País' antes de entrar a formar parte en 2012 del equipo de 'El HuffPost España'. Aquí he sido redactor de hard news, responsable de fin de semana, jefe de la sección de virales y, ahora, subdirector. Entre medias, durante un año fui jefe de redes sociales y multidistribución de contenidos en 'Los40'.

 

Una de mis aficiones es escribir ficción y he sido finalista en dos concursos literarios: el I Concurso de Microrrelatos 5’ y el Premio Internacional de Microtextos Garzón Céspedes.

 


 

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