Jorge Vilda: "Esto es fútbol profesional del máximo nivel, no nos asusta la presión"

Cuando se encienden los micrófonos, a Jorge Vilda le toca hacer un ejercicio de contención, tarea no siempre fácil para un entrenador. Sabe que dirige a “la mejor selección española de nuestra historia” y que su equipo llega a la Eurocopa femenina de Inglaterra con aspiraciones de “todo”.

O llegaba, porque en las últimas horas una grave lesión de Alexia Putellas, la mejor jugadora del mundo y actual Balón de Oro y The Best, le obliga a ser baja en la Euro. Un palo, conocido instantes después de esta entrevista, que se suma al de otra ausencia dolorosa, la de Jenni Hermoso. Los dos puntales en ataque de un equipo que ni así quiere dejar de soñar.

Vilda sabe lo que es luchar contra todo para sacar a flote a la selección absoluta. Como en 2015, cuando se hizo cargo del equipo en un momento difícil. Siete años después ha llevado a España a la categoría de aspirante, aunque pida cautela, porque “nunca, en mi carrera, he vivido la exigencia que hay en este equipo sin todavía haber ganado nada”. El seleccionador de fútbol femenino atiende a El HuffPost asumiendo, eso sí, que la mentalidad de años atrás ha cambiado. Ya no toca ir a intentarlo, ahora “salimos con la convicción de querer ganar”. Esté quien esté.

Porque ni siquiera los huecos de Putellas, Hermoso y una apuesta personal como la jovencísima Salma Paralluelo dejan a la selección sin argumentos. Con los nombres de Irene Paredes, Esther González, Mapi León, Patricia Guijarro o Aitana Bonmatí, a ‘La Roja’ le tocará ser más bloque que nunca.

El balón comienza a rodar este miércoles. De aquí al 31 de julio, una oportunidad para el fútbol femenino, bajo los ecos aún de los dos récords de aforo logrados en el Camp Nou durante la Champions League. Cada vez más público, cada vez más medios... cada vez más presión. Pero, como admite Vilda, “esto es fútbol profesional del máximo nivel, no nos asusta la presión”.

En la presentación de la convocatoria hablabas de expectativas demasiado altas viniendo de donde venimos. ¿Crees que esta presión le puede afectar al equipo?

A lo que me refería es que en el fútbol yo aún no he visto una exigencia tan grande a un equipo que todavía no ha ganado ninguna Eurocopa, ningún Mundial. Estamos en el proceso de competir con todas, llegamos con el mejor equipo de nuestra historia y en las mejores condiciones a una fase final, también. Pero toda esa exigencia la encuentro desmesurada hacia las jugadoras y todo el equipo.

¿Cómo vives el auge mediático del fútbol femenino? ¿Ha venido para quedarse?

Si algo falta en el fútbol femenino es difusión. Cada vez tenemos más, pero cuanta más, mejor. Ya no solamente entran los medios especializados en fútbol femenino. Ahora la prensa deportiva le está dando más y mejor espacio, los medios generalistas que antes ni aparecían ahora sí aparecen. Nosotros también ponemos todo de nuestra parte para que así sea.

¿Temes que un mal resultado en la Euro pueda ‘apagar’ el foco mediático y social del fútbol femenino?

Sabemos que tenemos una exposición a los medios y somos conscientes de que si perdemos y jugamos mal nos van a ‘dar’, pero también de que si ganamos nos van a subir incluso demasiado. Esto es fútbol profesional, fútbol femenino del máximo nivel y no nos asusta esta presión.

¿Este equipo es el mejor en la historia de España?

Sin duda, lo es. Pero también espero que el del año que viene sea el mejor. Estamos en un momento de progresión de nivel, de recursos, de éxitos a nivel colectivo y a nivel individual. Y nuestro trabajo es seguir creciendo.

¿El fútbol femenino en la sociedad española y mundial vive su mejor momento?

Sin duda. Y también pienso que la Eurocopa va a ser un hito más en la historia de crecimiento, de repercusión, de aficionados en los estadios... Se ve que cada vez que hay un gran torneo en verano, Eurocopa o Mundial, se da un paso más.

¿Cuánto hay de arrastre de los grandes clubes al futbol femenino?

Yo he vivido en directo lo que pasó en el Camp Nou y fue algo increíble. Nadie nos lo imaginábamos y yo me llegué a emocionar. Y te digo que todo el mundo que estaba es porque seguía al Barça femenino. Se demostró luego en Turín, en la final de la Champions, con 15.000 personas viajando allí... Lo viví en las calles y vi que eso es real, que sale de dentro.

¿Qué tiene de especial la atmósfera del fútbol femenino?

Me gustó mucho ver que era una afición con muchas familias, muchas mujeres. Era una afición sana, que iba a disfrutar del deporte y eso es algo maravilloso que me gustaría que perdurara en el tiempo.

Ese ambiente familiar, no tanto de hooligan sino de amor por el deporte en sí me encantaría que se mantuviera. Pensar que esto llegue al fútbol masculino es complicado. Tiene ya muchos años y tiene un recorrido muy claro. En cambio, el fútbol femenino tiene 40-45 años de forma oficial, en España aún menos.

De las 23 convocadas, 16 se concentran entre Barcelona y Real Madrid, pese a las bajas. ¿Que haya estos bloques tan marcados te ayuda o puede ser un arma de doble filo?

Al final son dos clubes que apuestan fuerte por las mejores jugadoras nacionales. Son jugadoras que nosotros ya hemos tenido en las categorías inferiores, cuando aún jugaban en sus equipos de Mallorca, de Murcia... Esto tiene su parte positiva, por los automatismos que tienen de jugar tanto tiempo juntas, pero también pienso esos automatismos se han logrado en las categorías inferiores de la selección.

¿Y esa misma concentración entre Barça-Madrid hace pensar que la Liga española está ‘condenada’ ser una disputa entre los dos?

Hay otros clubes que están apostando fuerte, en desarrollo, como la Real Sociedad este año o el Atlético, que siempre está, el Levante... Incluso independientes como el Granadilla. ¿Por qué no van a pelear en el futuro por ir a la Champions, como va este año la Real, o quizás títulos? Pienso que todo va a tender a que se iguale. Sería bueno.

¿Es un cliché decir que todo ha cambiado en el fútbol femenino?

Todo ha evolucionado, diría. De lo que era a lo que es, estamos mucho mejor. Si te fijas en las jugadoras sub-15 que vienen, en su educación deportiva, en su formación futbolística, en su morfología, en cómo vienen entrenadas... no tiene nada que ver con hace unos años. Pensar que tenemos jugadoras con 16-17 años con nutricionistas, profesionales centrados en su rendimiento... Cuando ves el nivel al que están jugando es porque detrás hay un gran trabajo.