10 cosas que los políticos de aquí pueden aprender de la comunicación de Zohran Mamdani, el nuevo alcalde de NYC
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10 cosas que los políticos de aquí pueden aprender de la comunicación de Zohran Mamdani, el nuevo alcalde de NYC

El demócrata, acusado de "comunista" por Trump, vence en la ciudad más grande de EEUU por su agenda social y con un uso de redes y medios fresco, franco, divertido y batallador. Nada institucional, todo experiencia ciudadana. Y color. 

Zohran Mamdani acaricia a un gato en una tienda 24/7 de Nueva York, el 1 de noviembre de 2025.Zohran Mamdani / X

Zohran Mamdani ya es al alcalde electo de Nueva York, la mayor ciudad de Estados Unidos. Es el regidor más joven desde el siglo XIX (34 años), es socialdemócrata, es migrante, es musulmán. Lo tiene todo para revolucionar la política norteamericana, empezando por su ciudad y por su partido, el Demócrata, hambriento de referentes y de un ideario claro. Su victoria tiene que ver con su programa, claro, una apuesta social para no dejar a nadie atrás, pero también con las formas en que lo ha transmitido: con un uso de redes y medios fresco, franco, divertido y batallador. 

En su discurso de la victoria, el demócrata ha puesto el foco en el que ha sido el pilar de su propaganda electoral: el futuro, el horizonte optimista pese a los obstáculos, el trabajo común para conquistar el porvenir. Ha citado al candidato presidencial socialista Eugene V. Debs para decir: "Puedo ver el amanecer de un día mejor para la humanidad". En sus agradecimientos, los primeros pensamientos no han sido para estudiosos de la demoscopia o asesores sesudos, sino para "los taxistas, a las abuelas mexicanas, los trabajadores" que han arrimado el hombro. Y para sus padres, Mahmood Mamdani, profesor de Antropología en la Universidad de Columbia, y su madre, las cineasta india Mira Nair. "Ya se respira el aire de una ciudad renacida", "la esperanza vive", "Nueva York será la luz", repetía tras posar con su esposa, la artista Rama Duwaji. 

Por muchas cosas, es la antítesis del presidente de EEUU, el republicano Donald Trump, que por supuesto había pedido que no se le votara, por "comunista". Pero más allá de lo ideológico, Mamdani se diferencia del otro neoyorquino en esa mirada suya del mundo, que ha mostrado, machaconamente a veces, también en sus tiktoks o sus reels de Instagram: no busca la venganza, no quiere hundir a nadie, no pone las amenazas por encima de las oportunidades. Así que lo primero que deberían aprender los políticos divididos de su país y, de paso, los nuestros -también hundidos en el rechazo partidista-, es la alegría. Se usó para hundir a un dictador como Augusto Pinochet en Chile y también ha valido para ganar la Alcaldía de la Gran Manzana. Como diría Barack Obama, "sí, se puede". 

En El HuffPost hacemos repaso a las bondades de su nueva comunicación, la de un hombre conectado con la calle, fuerte en redes y disruptivo en el mensaje, por si alguien quiere tomar nota a este lado del charco. 

1.- El entusiasmo y la alegría: Mamdani ha demostrado que se puede presentar un listado de propuestas sin tener que cargar constantemente contra otro, construyendo más que difamando. Por supuesto, es crítico con gestores previos, con las lagunas en derechos o servicios en Nueva York, y también se asoma a las propuestas de sus adversarios (el independiente Andrew Cuomo, a quien ya ganó las primarias demócratas, y el republicano Curtis Sliwa) para ponerlas en cuestión, pero le importa más lo que aporta él y el mensaje de que juntos se pueden cambiar las cosas. En tiempos de polarización, la acción y la comunidad por delante. 

2.- A la busca del feedback: Los mensajes políticos se suelen lanzar al aire, en mítines y debates. Acudir a escuelas o mercados es un must, pero puntual, la anécdota que permite hacerse unas fotos o entregar unos panfletos. El demócrata le ha dado la vuelta a eso, porque no ha parado estar con la gente y pulsar realmente el sentir de los ciudadanos a los que pretende servir. También en redes: es constante su insistencia en pedir retroalimentación a sus seguidores, sobre cualquier propuesta (vivienda, educación, transporte...), mensajes que no caen en saco roto, sino que revisa con su equipo y responde en un alto porcentaje. Porque, dice, hay que "escuchar" y ser "flexible" ante las necesidades de cada cual. Sus reuniones incluyen a los vecinos del Bronx, a los rabinos de la ciudad, a los estudiantes de secundaria o a los discapacitados de Manhattan. 

Zohran Mamdani, comiendo un dulce en un restaurante palestino, en un vídeo de sus redes del 1 de noviembre de 2025.Zohran Mamdani / X

3.- Salgamos del polideportivo: En España estamos muy acostumbrados a que los partidos celebran sus encuentros de campaña en centros deportivos y plazas de toros, pero el neoyorquino ha estado al aire tooooodo el tiempo. En tiendas, en obras, en campus, en el metro, en los parques. No le ha hecho falta más que un cartel en una esquina para llamar la atención, pese a sus inicios solitarios, como él mismo ha recordado.

Incluso ha puesto de moda otra vez el puerta a puerta, algo tan básico. En un día, superó el récord planteado de 200.000 visitas. Su campaña ha ido físicamente a tres millones de viviendas en este tiempo. Poco que ver con los hoteles caros y las moquetas gruesas de sus adversarios. En sus paseos, de fondo en sus incontables vídeos, hay canchas de baloncesto, descampados, buzones de correos, puestos de fruta y escalones donde ver la vida pasar. Sus puntos preferidos para pararse y hablar a la cámara son los parquímetros. Y también recurre a un elemento de clase, de currantes, de sindicatos y derechos laborales: el megáfono, para que se le escuche en todos los rincones.  

4.- ¿Tienes dudas? Las resuelvo: Una de las cosas más diferenciadoras de la campaña de Mamdani es que no quería quedarse en las promesas, como las que ha hecho de dar servicio de autobuses gratuito en toda la ciudad, congelar los alquileres, crear una cadena de supermercados de propiedad municipal centrada en mantener precios bajos o el cuidado infantil universal para niños de seis semanas a cinco años, sino que ha creado mecanismos para explicar a los ciudadanos cómo impactaría todo eso en su vida, en su caso particular. Por ejemplo, ha difundido en sus redes una especie de "saving calculator", una calculadora de ahorro, para hacer simulaciones reales. Ha habido días en que ha petado de éxito, por tantas gestiones. 

5.- Se puede hacer patria sin ser patriotero: Los colores han sido esenciales en su campaña. Una mezcla poco usual de naranja, azul y rojo, impactante y reconocible a kilómetros. En vez de aferrarse al azul demócrata y punto, ha hecho una apuesta por los tonos de su ciudad. Haciendo patria chica sin tener que darse golpes en el pecho, con el orgullo de quien vive un territorio, no de quien muere por él. 

Es esa apuesta tiene mucho que ver su esposa, Duwaji, ilustradora, dibujante y alfarera, representante de mujeres artistas, en especial de Oriente Medio (de donde ella misma procede, por raíces sirias). Esta mujer poco dada a los focos, de 28 años y a la que conoció en una aplicación de citas, apenas ha jugado el papel de aspirante a primera dama, pero ha estado trabajando entre bambalinas: ella ayudó a pulir la identidad de marca del candidato, tanto la iconografía como la tipografía, absolutamente distinta al resto. 

El naranja amarillento es el color de la Metrocard local; el azul eléctrico es el de los Mets, el equipo de béisbol que ama la ciudad entera, y el toque de rojo intenso lo amplifica todo, rojo vida. A eso han añadido sus propios emojis o iconos, repetidos en gorras y bandanas (esas que sus oponentes llamaban racista y despectivamente hiyab): de palomas de Central Park, de perritos calientes, de bonometros, de cafés para llevar... 

  Cartel de campaña de Zohran Mamdani.Zohran Mamdani / X

6.- Usa influencers de verdad para influir: Zohran se ha convertido en un influencer en sí mismo, pero, sobre todo, se ha sabido rodear de algunos que lo son por méritos propios, de actores a activistas, de líderes de barrio a pequeños empresarios. Ejemplos del NY que quiere. Algunos, gracias a sus post, se han convertido en iconos domésticos hechos posters. También se ha echado encima un poco de brillantina, que nunca sobra, recurriendo a famoseo: de Sofia Coppola a Mandy Patinkin, de Mark Ruffalo a Spike Lee, de Lupita Nyong’o a Lorde, de Emily Ratajkowski a Sarah Sherman. Ha publicado vídeos clásicos de apoyo pero también ha recurrido a esas estrellas para hacer llamadas personalizadas y recaudar fondos y votos o para debatir puntos de su programa, como la diversidad o la libertad de expresión. Algo más que caras conocidas y con efecto arrastre, sin desdeñar también eso. 

7.- Si eres Z, habla Z: Mamdani tiene la edad que tiene y no lo oculta. Sus opositores se han reído de ella para acusarle de poco experimentado y, sí, él asume que no ha tenido mucho tiempo de gestionar, pero también explica que está bien formado (Estudios Africanos en Maine) y que desde 2020 está en la Asamblea de Nueva York, por lo que lleva cinco años conociendo los problemas de la ciudad. Al argumento de "demasiado joven" le ha dado la vuelta y lo ha usado a su favor. Si es de la generación Z, pues habla como la generación Z. No hay que olvidar que viene de ser rapero (Mr. Cardamom) y youtuber. 

Sus mensajes están llenos de hype, pero también de bop, mood, lit, sly... Lo mismo pasa con sus encuadres o filtros, el lenguaje audiovisual: hace hilos de reels y stories, apoya el teléfono en la encimera de casa como cualquiera cuando hace una videollamada o se graba un vídeo, pone filtros mayfair, amaro o Tokyo y emojis a sus fotos, y mensajes y datas y música. Si no usa mucho el micro de corbata en la mano es porque se mueve una barbaridad y siempre emplea las manos para enfatizar lo que dice. Sería contraprodudente.  

También es tremendamente cercano cuando replica los formatos de los podcast conversacionales, poniéndose cara a cara con portavoces locales o simplemente personas afectadas por la falta de servicios municipales, que se hacen muy familiares para los usuarios, y su pleno conocimiento de los chascarrillos de cada hogar: hace guiños con La isla de las tentaciones porque de eso se cotillea en el café. Hasta publicó un bingo para seguir el debate electoral con frases o momentos que se esperaban, fijos, y en las redes se extendió la idea del "chupito" mientras lo seguían y se iban cumpliendo todos los tópicos de los ataques contra el candidato, de radical a inexperto. 

8.- Todo a un click...: Es impresionante lo fácil que ha puesto todo el material de campaña al servicio de quien quiera tomarlo. En un mundo digital, veloz, ya no vale ir a la oficina del partido, pedir un cartel o una pegatina y ponerla por donde sea. El ahora alcalde ha empapelado Nueva York, a la vieja usanza, pero empleando descargas sencillas desde sus redes sociales y haciendo llamamientos masivos para ello. Así se han llenado vallas, ventanas, escaparates, carcasas de móviles y carpetas de estudiantes. Lo mismo ha ocurrido con su agenda: pública, transparente, muy actualizada y hasta con las líneas de bus o metro que se podían tomar para ir a los actos. 

9.- ... y para todos: Mamdani hace gala de su diferencia, porque es un valor, y no un defecto. Si EEUU es la tierra de las oportunidades, su caso es un ejemplo de ello, desde que llegó de Uganda con siete años. Puedes no ser blanco y cristiano, puedes estar casado sin tener mil hijos como dios manda, puedes ser musulmán e ir a la mezquita y vestir chilaba, puedes hablar árabe y ser un chico que hizo la secundaria en el Bronx y sabe de qué va Nueva York, porque es su ciudad y punto. Su campaña ha estado llena de mensajes en diversos idiomas. Hasta en español han lanzado mensajes, aunque reconoce que se ha tenido que aprender todo palabra a palabra porque lo habla lo justo. El empeño cuenta y se ve en los subtítulos, también, que añade en sus vídeos. 

10.- Hay que ser un líder auténtico (sin poses, con humor, con humanidad): El demócrata ha apostado por la pasión como un valor de liderazgo, pero no va de machito ni de héroe, valores tan trumpistas. No ha buscado la estridencia, sino la naturalidad. Claro que hay cocina, ¡que esto es política!, pero también hay más verdad que en muchos otros políticos, porque de esa franqueza ha hecho bandera y compromiso. Si no la aplica, tendrá que pagar las consecuencias. 

Mamdani se sale del guión porque usa el sentido del humor y la cercanía de una forma que transmite autenticidad y lleva a la complicidad. Acude a sus restaurantes favoritos porque lo son (también porque ha descubierto que, en su país, al algoritmo de las redes le encantan las imágenes de comida y las promociona) y rompe el ayuno de Ramadán en pleno metro con un burrito porque le pirran. El efecto es transversal, porque muchos ciudadanos se ven representados. Luego está su mezcla de modernidad en los medios y de clasicismo en su propia estampa, con traje oscuro y corbata, elegante y responsable, más que serio, pulcro pero cercano. 

Usa el lenguaje con una precisión enorme, maneja los silencios con soltura (pese a la dificultad) y también los gestos. La influencia de sus padres (profesor y cineasta) puede haber ayudado, pero también la chispa natural y la ambición. Los analistas dicen que el regidor sabe mirar en las distancias cortas y que su voz cala, aunque habla por los codos y a enorme velocidad. "El yerno ideal", resume la CNN. Uno más, como relata sin palabras la portada de urgencia de la New Yorker

Ahora hace falta que también sea el alcalde ideal que necesita una ciudad donde uno de cada cuatro ciudadanos vive en la pobreza. 

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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