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El bombardeo de EEUU en Irán: ¿Ha logrado Trump destruir las instalaciones nucleares?

El bombardeo de EEUU en Irán: ¿Ha logrado Trump destruir las instalaciones nucleares?

Los ataques del pasado fin de semana solo han conseguido retrasar el programa nuclear iraní unos meses, según un informe de la inteligencia estadounidense. El presidente acusa a la CNN y a The New York Times de intentar desvirtuar el "éxito".

Imagen de satélite de la planta nuclear subterránea de Fordo, en Irán.MAXAR

Donald Trump lo vendió como un golpe maestro, como uno de los bombardeos de mayor éxito de la historia militar de los Estados Unidos. Habló de "destrucción total" y lo calificó de operación “perfecta". En su relato, el inquilino de la Casa Blanca aseguró que todas las instalaciones nucleares de Irán (Fordo, Natanz e Isfahán) terminaron "completamente destruidas", que los pilotos que lo llevaron a cabo merecían una medalla y que la amenaza iraní quedó enterrada bajo toneladas de escombros. Pero un informe preliminar elaborado por la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) de Estados Unidos, según han revelado The New York Times, CNN o Reuters, asegura otra cosa: el programa nuclear de Irán ha quedado tocado, sí, pero solo durante "unos pocos meses". Ni un año, ni medio. Meses. 

La Operación Martillo Centinela, con bombarderos B-2 lanzando hasta 14 bombas GBU-57, capaces de atravesar montañas, no consiguió lo que Trump proclama. Se destruyeron los accesos a las instalaciones nucleares iraníes y se destruyeron todas las estructuras en superficie, pero lo que se refiere al núcleo del programa de enriquecimiento de uranio en Irán, este sigue intacto. La planta subterránea de Fordo, excavada en lo más profundo de una montaña, resistió. La de Natanz fue la más castigada, aunque los túneles clave siguen ahí. En Isfahán, directamente, ni siquiera se emplearon bombas perforadoras, porque el Pentágono ya asumía que no llegarían al nivel en el que se concentra la actividad crítica de la producción nuclear de Irán.

"El programa se ha ralentizado, pero no se ha destruido", resume uno de los responsables del informe a la CNN, que ha tenido acceso directo al documento de la inteligencia de los Estados Unidos. "No se ha tocado el uranio enriquecido, las centrifugadoras están casi todas en su sitio y las infraestructuras clave, las que realmente le permiten fabricar una bomba atómica, no se ha destruido. Irán ha perdido capacidad, sí, pero no la suficiente como para decir que su programa ha quedado inutilizado. Se han ganado unos meses, poco más. Lo que no se ha hecho ahora, podrán reconstruirlo en otra ocasión", asegura.

En The New York Times, que también ha tenido acceso al informe de la DIA, subraya otra conclusión relevante del documento: "Los bombardeos arrasaron con los accesos de las plantas nucleares, sí, pero no lograron acabar con las instalaciones subterráneas", según varios funcionarios familiarizados con la evaluación de la inteligencia estadounidense. La agencia, para más inri, ha advertido de que para provocar un daño crítico y definitivo en la planta nuclear de Fordo, "harían falta días o semanas de continuos bombardeos".

Trump contra todos

La reacción del presidente de Estados Unidos a la filtración del informe de sus servicios de inteligencia no se ha hecho esperar. Desde La Haya, a donde ha viajado para participar en la cumbre de la OTAN, Donald Trump ha contraatacado (otra vez) en su red social, fiel a su estilo: en mayúsculas y sin filtros, cargando contra los medios de comunicación que se han hecho eco del informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa: "Las instalaciones nucleares de Irán se han destruido completamente. Las noticias falsas de la CNN y del fracasado New York Times solo quieren minar el éxito de una misión histórica. Uno de los golpes militares más exitosos que jamás se han llevado a cabo", remató el republicano.

"Las instalaciones están completamente destruidas. Las noticias falsas de la CNN y del fracasado 'NYT' solo quieren minar el éxito de una misión histórica"
Donald Trump, presidente de Estados Unidos

Donald Trump no solo ha cargado contra los medios de comunicación sino que también ha tomado una decisión que ha tensado todavía más sus relaciones con el Congreso de los Estados Unidos. Tras la filtración del informe, que matiza mucho el relato triunfalista de la Casa Blanca, el presidente ha cancelado (sin dar explicaciones) las comparecencias informativas de carácter secreto que estaban previstas para esta semana. La maniobra ha indignado a varios legisladores estadounidenses, que ya habían mostrado ciertas dudas sobre la eficacia real del ataque de EEUU sobre las instalaciones nucleares de Irán.

“Trump acaba de cancelar la sesión secreta sobre Irán. ¿Por qué será? Su equipo sabe que no puede sostener su fanfarronería”, ha escrito el congresista demócrata, Pat Ryan en su cuenta de X, señala Reuters. En las filas republicanas, el tono ha sido algo más comedido y prudente. "He seguido este plan desde hace tiempo y nunca se diseñó para destruir las instalaciones nucleares de Irán, sino para causar daños importantes”, ha llegado a decir el expresidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, Michael McCaul.

La Casa Blanca, por otra parte, ha salido en bloque a defender la versión oficial, la que ha relatado Donald Trump desde el sábado. La portavoz, Karoline Leavitt, ha definido el informe filtrado como "completamente erróneo" y ha acusado a "un don nadie de bajo rango" en los servicios de inteligencia estadounidense de traicionar al país. "Es un intento descarado de desacreditar al presidente y a los valientes pilotos que llevaron a cabo una operación impecable. Todo el mundo sabe lo que pasa cuando se sueltan 14 bombas de más de 13 toneladas sobre sus objetivos: aniquilación total”, ha dicho en un comunicado.

El secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, ha insistido también en que el ataque a las instalaciones nucleares de Irán fue un éxito rotundo. “Nuestros misiles impactaron en el lugar donde debían. La capacidad de Irán para fabricar armas nucleares ha quedado reducida a polvo", ha asegurado. A pesar de sus palabras, el propio jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Dan Caine, rebajó el tono en la rueda de prensa del domingo: "Es muy pronto para saber qué sigue en pie. Los informes definitivos aún están por llegar”.

Una tregua inestable, pactada a medias

La ofensiva militar se ha detenido, al menos por ahora. El propio Trump anunció el lunes de madrugada un alto el fuego entre Irán e Israel, pactado —según dijo— tras mantener conversaciones directas con los líderes de ambos países. Fue un movimiento inesperado, sobre todo tras haber autorizado uno de los bombardeos más agresivos que se han visto en los últimos años. "He ordenado que esto termine”, declaró a los medios antes de partir a Europa. Y no dudó en reprender a su aliado más estrecho en la Oriente Medio: “Tengo que conseguir que Israel se calme. Llevan pegándose tanto tiempo que ya no saben qué coño están haciendo", remataba el presidente estadounidense.

"Tengo que conseguir que Israel se calme. Llevan tanto tiempo pegándose que ya no saben qué coño están haciendo"
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos

Pese al anuncio, la tregua ha estado plagada de violaciones casi desde el primer minuto. Israel reconoció haber bombardeado un radar cerca de Teherán horas después de la entrada en vigor de la tregua, y también acusó a Irán de lanzar misiles minutos antes del límite acordado. Teherán lo niega. Ambos gobiernos han levantado ya las restricciones civiles y han reabierto su espacio aéreo, pero el ambiente es de desconfianza absoluta.

El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, ha declarado una “gran victoria” y asegura que Irán está dispuesto a retomar el diálogo con EEUU. Desde Tel Aviv, el primer ministro Netanyahu insiste en que la amenaza nuclear ha sido neutralizada, al menos por ahora. Lo cierto es que la tregua parece más un paréntesis que una solución. Los tres países saben que lo que no se resolvió bajo tierra puede reactivarse en cualquier momento.