El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, acepta suspender la reforma de las pensiones hasta 2028
Revoca la reforma aprobada en 2023 por el Ejecutivo y que era una condición innegociable por parte de los socialistas para no presentar una moción de censura.

El segundo mandato de Sébastien Lecornu ha comenzado de una manera muy similar a la que finalizó el primero -apenas duró 20 horas-, con un escenario parlamentario completamente ingobernable y una polarización extrema. Y lo que era más amenazante, con la moción de censura de los socialistas sobre la mesa salvo que suspendiera la reforma de las pensiones anunciadas en 2023 en el país galo.
Y la amenaza parece haber surtido efecto: el primer ministro ha propuesto suspender la reforma hasta 2028, año en el que se celebrarán las elecciones presidenciales. Esta línea roja era "innegociable" para los socialistas franceses que finalmente, parecen haberse salido con la suya en esta pequeña -pero importante batalla-.
Sin embargo, esto no será suficiente para que el primer ministro esquive las dos mociones que tendrá que afrontar el jueves: tanto de Agrupación Nacional (Le Pen), como de La Francia Insumisa (Mélenchon). Pero al menos le garantiza a Lecornu que los socialistas no votarán a favor, tal y como han asegurado durante la tarde de este martes en la sesión parlamentaria. De acuerdo con lo afirmado por el jefe de los socialistas Boris Vallaud, su formación está dispuesta a hacer la "apuesta" de continuar el debate en el Parlamento, aunque no dudó en calificar de "insoportable" el presupuesto que pretende sacar adelante el Ejecutivo.
En caso contrario, es decir, que los socialistas cambiaran de opinión a última hora -algo que ahora se antoja muy improbable-, el gobierno de Lecornu caería nuevamente y en tiempo récord, algo que supondría un golpe casi definitivo a la aritmética parlamentaria actual y abocaría al país a unas nuevas elecciones presidenciales de forma "inevitable", como han señalado tanto Lecornu como Macron este martes.
Ante este laberinto de difícil salida, las primeras decisiones de Lecornu en este segundo periplo al frente del país no se han hecho esperar, y durante su discurso inicial este martes -un día después de que Marine Le Pen formalizara su moción de censura-, Lecornu ha defendido su actual posición de dos formas.
Por un lado, ha asegurado que "no hay excusas" para tumbar con una moción de censura a "un gobierno que dejará de gobernar por decreto", como hasta ahora había ocurrido y al mismo tiempo ha asegurado que el gobierno presentará unos Presupuestos de 2026 "seros y fiables" para el país.
La paradoja de las dos mociones de censura que tendrá que afrontar Lecornu en su primera semana como presidente radica en que ambas dependerán de si izquierda y ultraderecha se ponen de acuerdo. Y para sorpresa de muchos, esto está mucho más cerca de lo que cabría esperar. Por tal motivo, nada más arrancar su discurso, el primer ministro ha comunicado la decisión de renunciar a aprobar los proyectos legislativos mediante decreto, recogido en el artículo 49.3 de la Constitución.
Suspender la reforma de pensiones tendrá un coste
Esta decisión ha llegado sucedida de la primera gran noticia, y vital para que los socialistas no dejen caer el gobierno junto a la ultraderecha: las pensiones. De acuerdo con el anuncio de Lecornu, esta quedará suspendida hasta 2028.
"Propondré al Parlamento este otoño que suspendamos la reforma de las pensiones de 2023 hasta las elecciones presidenciales. No se aumentará la edad de jubilación desde ahora hasta enero de 2028, como solicitó específicamente ayer la CFDT (el principal sindicato de Francia)", dijo Lecornu ante la Asamblea Nacional.
Sin embargo, el primer ministro galo ha sido también muy contundente respecto a lo que implica esta decisión. "Suspender por suspender no tiene ningún sentido, esta suspensión tendrá que ser compensada", apuntó Lecornu ante los parlamentarios. En este sentido, señaló que poner fin a esta reforma implica un coste económico para el sistema de pensiones de "400 millones de euros en 2026 y 1.800 millones en 2027".
"Esta suspensión beneficiará en última instancia a 3,5 millones de franceses. Por lo tanto, deberá ser compensada financieramente, incluso mediante medidas de reducción de gastos", explicó el primer ministro francés. El objetivo dijo es evitar "un déficit mayor" y "poner en peligro la credibilidad del país".
Esta iniciativa será a continuación debatida con los interlocutores sociales y en caso de que se llegue a conclusiones positivas, el gobierno la llevará al Parlamento, que será el que decida mediante votación.
En el caso de no haber 'cedido' ante las dos pretensiones de los socialistas (renunciar al artículo 49.3 y revocar la reforma de las pensiones), Lecornu se habría enfrentado a una doble moción de censura el próximo jueves -una de la izquierda radical con La Francia Insumisa, y otra de la ultraderecha de Le Pen, Agrupación Nacional-, que muy probablemente le habría costado el gobierno, ya que socialistas y diputados de La Francia Insumisa y Agrupación Nacional podrían haber votado a favor. Esto habría hecho saltar por los aires el gobierno de Lecornu por segunda vez en menos de dos semanas.
