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España calienta en el banquillo para unirse al gran golpe europeo contra el gas ruso

España calienta en el banquillo para unirse al gran golpe europeo contra el gas ruso

Nuestro país apoya la legislación que prepara la CE para vetarlo, una postura que comparte con Países Bajos, pero Francia y Bélgica, los dos mayores compradores de GNL en la UE, ponen reparos.  

Planta de gas licuado de la fima Novatek-Murmansk en la localidad rusa de Belokamenka, en una imagen de archivo.Aleksey Babushkin, Sputnik, Kremlin Pool Photo via AP

Los dos mayores compradores de gas natural licuado ruso de la Unión Europea (UE) se niegan a respaldar el plan de Bruselas de prohibirlo, argumentando que necesitan más garantías sobre las consecuencias económicas y legales de la medida antes de tomar una decisión. Francia, el principal comprador del bloque, declaró a POLITICO que prefiere una estrategia de búsqueda de suministros alternativos. Bélgica, por su parte, exige un informe que detalle las consecuencias económicas antes de tomar una decisión.

"Lo que estamos defendiendo es una estrategia europea de diversificación, que ya está sobre la mesa", dijo al citado medio el ministro de Energía galo, Marc Ferracci, haciendo referencia al plan de Francia de reemplazar los suministros rusos con productos qataríes.

Esta vacilación contradice la de otros importantes importadores de gas natural licuado (GNL) ruso de la UE: España y Países Bajos. Ambos estados declararon al diario su interés en respaldar la próxima legislación, que pondría fin a los contratos de gas ruso, prohibiendo las compras a corto plazo este año y los contratos a largo plazo para 2027. En teoría, esto ayudaría a las naciones a evitar contratos que, de lo contrario, los obligaría a comprar GNL ruso durante años.

Conseguir la adhesión de los cuatro países, entre ellos el nuestro, será crucial para la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, en su búsqueda de apoyo para su propuesta, prevista para el próximo mes. Es probable que Hungría y Eslovaquia intenten desbaratar la prohibición, deseosos de seguir suministrando energía rusa más barata, sospechosos de prorrusos como son sus ejecutivos. Numerosos políticos y figuras del sector piden un retorno a la energía rusa tras la guerra, dadas las elevadas facturas de electricidad de Europa y la difícil situación económica. Esto significa que tener a los mayores importadores a bordo enviaría una señal poderosa.

El año pasado, los cuatro países importaron 16,77 millones de toneladas de GNL ruso, según la plataforma de materias primas Kpler, lo que representa el 97 % de las importaciones totales de la UE y más de la mitad de las exportaciones globales de Moscú. En conjunto, gastaron más de 6.000 millones de euros en la compra de este combustible.

La postura española

Para España y los Países Bajos, el tercer y cuarto mayor comprador de GNL de Moscú, los planes de la UE representan una buena oportunidad para poner fin a sus vínculos energéticos con Rusia.

"España apoya la propuesta de la Comisión Europea de prohibir las importaciones de gas ruso lo antes posible mediante una posición común de la UE", declaró un portavoz del Ministerio de Transición Ecológica español. Actualmente, el país está obligado a comprar suministros a la rusa Novatek hasta 2042 en virtud de un contrato a largo plazo firmado con la energética Naturgy.

Los Países Bajos también "siguen apoyando la eliminación total del gas ruso", dijo a POLITICO un portavoz del Ministerio de Economía holandés. "Esperamos con interés la propuesta legal de la Comisión Europea, que nos permitirá eliminar los volúmenes restantes. Los Países Bajos están actualmente sujetos a un contrato de suministro a largo plazo, supervisado por el gigante energético francés TotalEnergies, hasta 2032".

Pero Francia se muestra más escéptica y señala un contrato de varias décadas firmado con Qatar en 2023 para importar nuevos volúmenes. Si bien París “apoya la estrategia de reducir el riesgo de los combustibles fósiles rusos”, dijo el francés Ferracci, “una prohibición a nivel europeo significa que nadie puede importar GNL [ruso]”.

Ferracci también cuestionó la "seguridad jurídica" de la propuesta de Bruselas, aprovechando el temor de que empresas privadas puedan enfrentarse a demandas rusas por contratos abandonados. La francesa TotalEnergies, por ejemplo, está actualmente vinculada por un contrato de suministro con Novatek hasta 2032 y posee una participación del 20 % en el proyecto Yamal, que opera una planta de GNL en Siberia. “El stock de contratos existentes necesita ser protegido legalmente”, dijo.

Bélgica, que seguirá recibiendo y almacenando GNL ruso hasta 2035, también quiere que el Ejecutivo de la UE vaya más allá para disipar sus preocupaciones. Antes de que la UE presente sus propuestas, "pedimos a la Comisión que presente una evaluación de impacto exhaustiva" de las medidas, declaró el ministro de Energía belga, Mathieu Bihet. El país mantendrá conversaciones técnicas sobre el impacto de las medidas en la infraestructura de GNL de Bélgica, añadió.

Las capitales del bloque están considerando impulsar un análisis económico y legal a nivel de todo el bloque, según un borrador de declaración al que tuvo acceso POLITICO. Un funcionario de la UE afirmó que la Comisión estaba preparando un documento que analizará el impacto de las medidas. Es necesario esperar el paquete legal para tener una mejor idea de todas las implicaciones para nuestro país", agregó Bihet.

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Esa brecha se debe en gran medida al suministro de gas, dijo Laura Page, analista de GNL en Kpler, ya que España sale del invierno con reservas de gas más renovadas que Francia y Bélgica. Sin embargo, una prohibición no causaría una crisis de suministro, dijo, ya que todos los países podrían comprar mayores volúmenes de Estados Unidos y Canadá, que tienen previsto aumentar su capacidad a partir del próximo año.