Las "garantías" son la clave: la condición de Hamás a Israel para avanzar en la negociación sobre Gaza
El partido-milicia palestino no ve claro que Tel Aviv vaya a cesar los ataques y a irse de la franja una vez que los rehenes sean entregados. Pese a ello, los contactos prosiguen en Sharm el-Sheij con moderado optimismo.

Las conversaciones entre Israel y Hamás para detener la ofensiva sobre Gaza, que ayer llegó a los dos años, siguen adelante. Que no se rompan ya es una buena noticia, aunque aún las armas no cesen, los gazatíes sigan muriendo y escapando y los rehenes no regresen a casa. Y aunque las condiciones de lo que Estados Unidos llama "paz" sigan siendo poco precisas y confiables.
El segundo día de negociaciones indirectas en el balneario de Sharm el-Sheij, en el mar Rojo, buscaba detallar el plan de 20 puntos planteado por el presidente estadounidense, Donald Trump, la semana pasada, y que pretende poner fin a la guerra. Es lo que quiere sobre todo Hamás, que reclama claridad antes de dar el paso de entregar a los 48 rehenes (de los que 20 seguirían vivos), que es su mayor arma negociadora. Un alto funcionario de Hamás que habló con Al Jazeera bajo condición de anonimato después de las conversaciones de ayer indicó que el grupo tiene la intención de liberar a los cautivos en etapas vinculadas a la retirada del ejército israelí de Gaza.
Khalil al-Hayya, un alto funcionario del partido-milicia palestino, dijo a la cadena de televisión egipcia Qahera que querían "garantías" de un cese del fuego duradero como parte de cualquier acuerdo para devolver a los secuestrados. Habló en su primera aparición pública desde que un ataque israelí contra él y otros importantes líderes de Hamás en Qatar, el mes pasado, matase a seis personas, incluido su hijo y su gerente de oficina. "Buscamos garantías verdaderas de la comunidad internacional, del (presidente estadounidense, Donald) Trump y de los mediadores. Estamos listos, con toda disposición y positivismo, para llegar al fin de la guerra", insistió el mediador, que insistió en que su grupo está "listo" para acabar con esta crisis.
El jefe negociador reiteró que el grupo está preparado para que se produzca "la retirada" de Israel del enclave y "el canje de presos (y rehenes) para que acabe la guerra para siempre", al tiempo que advirtió que "a lo largo de la historia la ocupación israelí nunca ha cumplido con sus promesas". "Estamos en Sharm el Sheij para mantener negociaciones responsables y serias", dijo. Asimismo, indicó que durante las negociaciones buscarán realizar los objetivos y las aspiraciones del pueblo palestino de "estabilidad, libertad, establecimiento del Estado y la autodeterminación", pese a que el Ejecutivo de Israel se opone frontalmente a estos puntos.
"Hemos venido con un fin directo, para poner fin a la guerra, la retirada de la ocupación israelí de Gaza, el intercambio de todos los presos y la liberación de todos los rehenes israelíes vivos y muertos a cambio de los presos palestinos de los que se ha hablado, conforme el plan de Trump", indicó al citado medio. Sin embargo, lamentó que desde que el grupo anunció su aprobación del plan de paz de Trump, Israel "mantiene los bombardeos, la destrucción, los asesinatos y el bloqueo de toda ayuda humanitaria, especialmente en el norte de Gaza". "Queremos garantías de los países que auspician (las conversaciones) y de Trump de que la guerra pare y nunca se retome", sentenció.
Ayer por la mañana, un grupo de facciones palestinas, incluyendo a Hamás, emitió un comunicado en el que prometía una "postura de resistencia por todos los medios", subrayando que "nadie tiene derecho a ceder las armas del pueblo palestino", en aparente referencia a una exigencia clave del plan de Trump para el desarme del grupo armado.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha aceptado el plan de Trump, que exige la liberación inmediata de los rehenes. El plan también exige que Gaza quede bajo control internacional y que Hamás sea desarmado, elementos que los militantes aún no han aceptado. Son fases posteriores que no se han afinado y eso conviene a Israel, porque no le compromete especialmente y eso permite que no se rompa la alianza de Gobierno con los ultranacionalistas y religiosos
La oficina de Netanyahu dijo ayer que hacen una lectura "cautamente optimista" de los contactos y describió las conversaciones como "técnicas" sobre un plan que ambas partes ya habían aprobado. Un plan que ha recibido un amplio respaldo internacional y Trump dijo a los periodistas el lunes que pensaba que había una "muy buena posibilidad" de llegar a un acuerdo duradero.
En una señal de que las conversaciones están cobrando impulso, Qatar ha anunciado que su primer ministro y principal diplomático, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, viajaría a Egipto hoy miércoles para unirse a las negociaciones. Se espera que el enviado de Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, y el yerno del presidente, Jared Kushner (también gestor de los negocios de la familia en Oriente Medio), así como el principal asesor de Netanyahu, Ron Dermer, también se unan a las conversaciones ese día.
El plan de la esperanza incompleta
El plan prevé la retirada de las tropas israelíes de Gaza tras el desarme de Hamás y el despliegue de una fuerza de seguridad internacional. El territorio quedaría bajo gobernanza internacional, bajo la supervisión de Trump y el exprimer ministro británico Tony Blair .
La guerra comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando militantes liderados por Hamás irrumpieron en el sur de Israel y mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251. La mayoría han sido liberados desde entonces mediante ceses del fuego u otros acuerdos.
La guerra resultante ha matado al menos a 67.160 palestinos y ha dejado casi 170.000 heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza, y ha dejado el territorio en ruinas.
El ministerio no distingue entre civiles y combatientes, pero afirma que aproximadamente la mitad de las muertes fueron mujeres y niños. El ministerio forma parte del gobierno de Hamás, y las Naciones Unidas y numerosos expertos independientes consideran que sus cifras constituyen la estimación más fiable de las bajas en tiempos de guerra.
Un número creciente de expertos, incluidos los comisionados por un organismo de la ONU , han dicho que la ofensiva de Israel en Gaza equivale a genocidio, una acusación que Israel niega vehementemente.
El martes, miles de israelíes se congregaron en una zona atacada por Hamás hace dos años para rendir homenaje a sus seres queridos asesinados y secuestrados. Una explosión resonó en los campos tras el lanzamiento de un cohete en el norte de Gaza. No se reportaron daños ni heridos.
En la ciudad de Gaza, los residentes informaron que los ataques israelíes continuaron hasta la madrugada del martes. No hay reportes inmediatos de víctimas.
Antes de la reanudación de las conversaciones de ayer, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que las hostilidades han creado "una catástrofe humanitaria de una escala que desafía la comprensión". La propuesta de Trump “presenta una oportunidad que debe aprovecharse para poner fin a este trágico conflicto”, dijo en un comunicado.
Parte del plan es aumentar la ayuda humanitaria a Gaza, donde más de dos millones de palestinos padecen hambre y, en algunas zonas, hambruna.
