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Un experto en negociaciones alerta de que EEUU ha mordido el anzuelo de Rusia: "No será suficiente para los ucranianos"

Un experto en negociaciones alerta de que EEUU ha mordido el anzuelo de Rusia: "No será suficiente para los ucranianos"

Charly Salonius-Pasternak advierte de que aceptar la narrativa del Kremlin sobre las garantías de seguridad abre la puerta a concesiones y debilita la posición de Europa.

Vladimir Putin saluda a Donald Trump en su encuentro en Alaska.
El presidente ruso, Vladímir Putin, y el estadounidense, Donald Trump, se saludan durante su encuentro en Alaska.
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Estados Unidos ha ofrecido garantías de seguridad a Ucrania, que no es ni será (todavía) miembro de la OTAN, similares a las que disfrutan los países de la Alianza Atlántica según recoge el artículo 5 de su tratado fundacional, donde se establece que una agresión a uno de ellos se consideraría un ataque al resto. Una fórmula que, tal y como indica el enviado especial estadounidense a Rusia, Steve Witkoff, podría llegar a aceptar Vladímir Putin en el marco de una posible reunión con Volodímir Zelenski. Sin embargo, esta afirmación de Witkoff, lejos de rebajar los miedos europeos ha multiplicado las críticas y, son varios los expertos que creen que la Casa Blanca ha validado el relato del Kremlin, concediéndole a Moscú un derecho de veto sobre la política exterior que deben decidir desde Kiev.

Como sucede con el analista y también director de la consultora finlandesa Nordic West Office, Charly Salonius-Pasternak, que ha sido especialmente crítico con la propuesta de EEUU, al señalar que aceptar dicho planteamiento supone "morder el anzuelo" que habría tendido Moscú. En su opinión, no le corresponde al Kremlin dictar qué compromisos de defensa puede asumir Ucrania, ni quién debe avalarlos. “No se necesita la aprobación de Putin, a menos que uno crea en ese relato de que Rusia tiene derecho a decidir la política de sus vecinos, incluido Finlandia”, declaró en una entrevista con la radiotelevisión pública finlandesa Yle, subrayando que la posición estadounidense debilita no solo la soberanía de Kiev, sino la credibilidad de la arquitectura de seguridad europea en su conjunto.

La controversia se explica porque Rusia y Occidente entienden de manera muy distinta el concepto de garantías de seguridad. Mientras que para los aliados occidentales significan un compromiso operativo —es decir, responder militarmente en caso de nueva agresión rusa—, para Moscú basta con redactar un documento que no implique ni despliegues ni acciones concretas. Esa diferencia hace que resulte inverosímil pensar, como apunta con ironía la profesora de política internacional Hanna Smith, que el Kremlin pudiera aceptar la presencia de soldados estadounidenses en territorio ucraniano: “Quisiera ver ese papel en el que los rusos aprueban la presencia de soldados estadounidenses en Ucrania”. 

Smith avisa que Moscú ya ha firmado en el pasado otros compromisos que a ojos de Occidente parecían aceptables, pero que en realidad le permitieron ampliar sus áreas de influencia. En su opinión, el Kremlin puede repetir la maniobra: empezando por exigir un territorio reducido y, una vez aceptado, avanzar paso a paso hacia un control más amplio.

Kiev exige compromisos claros

Para Kiev, el debate no es abstracto. Moscú condiciona cualquier alto el fuego a la cesión de territorios, mientras que Zelenski advierte de que un documento firmado no bastará si no hay tropas para defender el país. "La promesa de que ‘sí, acudiremos en vuestra ayuda llegado el momento’ no será suficiente para los ucranianos”, recuerda Salonius-Pasternak.

Esa exigencia de compromisos tangibles alcanza también a los socios europeos: aceptar una fórmula vaga dejaría en entredicho su credibilidad y obligaría a países recién llegados a la OTAN, como Finlandia, a demostrar que no quedan al margen de una fuerza común.

El debate sobre las garantías se abordó en la reunión de Volodímir Zelenski con Donald Trump y otros dirigentes europeos, celebrada el lunes en Washington. Un encuentro que estuvo marcado por la incógnita sobre lo tratado en el encuentro entre EEUU y Rusia de Alaska. La falta de transparencia inquieta a los aliados y, según la profesora Hanna Smith, le otorga ventaja al Kremlin porque limita la preparación de una respuesta occidental. “Cuando hay poco tiempo no se hace el trabajo de base de manera adecuada”, advirtió.