El llamado último dictador de Europa, arrinconado por las protestas opositoras y por las sanciones, ha tratado de intimidar a Bruselas por el flanco polaco, el más sensible.
La deportista ha hecho un periplo complejo y cambiante, tratando de evitar que su vuelo fuera interceptado como el del periodista crítico detenido en junio pasado.
El periodista, refugiado en Lituania y detenido tras un aterrizaje forzoso de su avión en Minks, sostiene que organizó los disturbios tras las elecciones de agosto pasado.
El dictador bielorruso se ha atrevido a tomar un avión y detener a un periodista por la debilidad de la UE, los apoyos rusos y su propia megalomanía creciente.
Lukashenko, el último dictador del continente, obliga a un avión civil a aterrizar en su capital por una falsa amenaza para detener a uno de sus opositores.
Borrell corrobora que no asume su victoria en las elecciones de agosto, con "resultados falsificados", y se muestra “impresionado” por las protestas sociales