Aumentan a 112 los muertos por los incendios forestales que afectan a la región Valparaíso, donde unas 40.000 personas han perdido sus viviendas entre las llamas.
La reactivación del fuego ha quemado una vivienda en Santa Úrsula, se mantiene en el nivel 2 y unas 3.200 personas evacuadas duermen lejos de sus casas.
"No es normal un incendio que haga tantos giros y que tenga cuatro fases", explica Federico Grillo, director de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria.
El perímetro del incendio supera los 90 kilómetros, en una dura jornada en la que llegan síntomas positivos, pero las llamas continúan sin control en buena parte de la isla.
Los medios desplegados no hacen frente a unas llamas habituales, luchan contra un fuego capaz de crear su propia meteorología que se suma a un 'cóctel' de factores catastrófico.
Hay todavía centenares de personas desaparecidas, mientras se espera la visita de Biden y se multiplican las preguntas sobre por qué no sonaron las alarmas.
Una demanda colectiva alega que "dejó su tendido con energía, inexcusablemente, durante unas condiciones de alto peligro por incendios que habían sido previstas".
El número de víctimas mortales podría superar al registrado en el tsunami de 1960, el peor desastre que se ha vivido en el archipiélago estadounidense.
Son incendios sin precedentes, que siguen fuera de control, por lo que las autoridades temen que el número de víctimas mortales pueda aumentar en las próximas horas. Ya hay miles de desplazados, en pleno paraíso.