Reconstruyendo un adiós: las 96 horas que precipitaron la caída definitiva de Carlos Mazón tras 365 días de huida hacia delante
Demudado, perdido en el homenaje a las víctimas de la DANA, Mazón quedó sentenciado ante el escarnio de la censura pública. Varias conversaciones privadas con Feijóo, un retiro de 48 horas para "reflexionar" y, finalmente, un adiós con solo una certeza y muchas dudas sin responder.
"Ya no puedo más". Carlos Mazón ha dimitido. Harto, superado por los acontecimientos, el presidente valenciano ha hecho oficial lo que la práctica totalidad de la sociedad valenciana le reclamaba, presentar su dimisión ante su (no) gestión de la DANA del 29 de octubre de 2024. Su renuncia ha sido fiel reflejo de la que ha venido siendo su 'comunicación de crisis' estos 369 días posteriores a la tragedia: errática, confusa, dejando más dudas que certezas.
Ya no será el president y esta es la única certeza, pero es tremendamente resonante. Porque su marcha (del cargo, no así del Parlamento, donde de momento seguirá como diputado y bajo condición de aforado) obliga a abrir un nuevo tiempo en la Comunidad Valenciana, que quedará ahora en manos de lo que PP y Vox pacten para evitar ir a elecciones anticipadas.
Miércoles por la tarde
Minutos después de las 9 de la mañana de este lunes llegaba la noticia que se dio por hecha la noche misma del homenaje de Estado a las víctimas de la DANA del miércoles 29. Blanco de la ira popular entre insultos y gritos de los familiares, cada improperio se le clavaba a Mazón como una cuchilla. Su cara, pese a difuminarse varias filas por detrás de los reyes y Pedro Sánchez, era una evidencia del lacerante dolor que conllevaba cada "asesino", "rata", "sinvergüenza". Si fue el primero en llegar a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, también fue el primero en irse, bajo un redoblado ruido de rabia en su contra. Fue su revelación después de todo un año de huida hacia delante como fue la de un PP que durante todo el año anterior le había cuidado con una calculada ambigüedad verbal. Incluido Núñez Feijóo.
Testigo directo del rechazo social a su 'barón', el presidente nacional no tuvo más opción que girar hacia abajo su pulgar para sentenciar el destino político del "señor Mazón", como le denominó horas después del funeral laico, exigiéndole "todas las explicaciones" por sus cambios de versión y su gestión de la crisis. Ya no era 'Carlos', ya no era 'el presidente'. Un gélido tratamiento, evidencia de una ruptura que el entorno del político valenciano confirma que se ratificó el jueves.
Jueves por la mañana... y unos días de desconexión
Mazón anunciaba por la mañana un "periodo de reflexión personal". "Me hago cargo del día de ayer. No dejo de pensar en ello, en lo que significa el día de ayer y estos días", exponía a la prensa con un gesto de político consumido, de persona consumida, emplazando a una "pronta" comparecencia. Por entonces ya hablaba abiertamente de unos "errores" con los que, ha añadido este lunes, "voy a vivir toda mi vida". No han sido muchas las ocasiones en las que se ha detenido en esos "errores" suyas y sí numerosas las veces en las que ha desviado su responsabilidad para fijarse en el Gobierno, la AEMET o la Confederación Hidrográfica del Júcar.
También este 3 de noviembre ha querido transmitir que de haber sido por él hubiera dimitido "hace tiempo", pero se vio obligado a continuar en el cargo, bajo la bandera política de "trabajar en la reconstrucción"... vicepresidencia específica creada a tal fin incluida. Una contradicción más para un político que durante 365 días no dejó de transmitir su compromiso por el futuro de los valencianos y el suyo propio como candidato popular en las próximas elecciones.
Compromiso compartido, en público, por su equipo y por su partido. Hasta este jueves, al menos, cuando le confesó a Feijóo lo que acabaríamos escuchando todos, que "ya no podía más". Era la primera vez que decía basta. Durante dos días, el presidente errante de la Comunidad Valenciana desapareció del foco para dar forma y fondo a esa "reflexión" que pidió. Un alivio para el presidente nacional del PP, que cada vez veía con peores ojos la idea de mantenerle como candidato.
La larga tarde de domingo
48 horas en los que ya nadie creía en él. Ni el PP, que cambió el tono de meses atrás para dejar entrever que su tiempo había acabado. Sutilmente, como intenta hacer Génova, no siempre con éxito. Este domingo llegó la sentencia, tras una llamada a capítulo de Núñez Feijóo. La última, la definitiva, previo aviso de la cúpula popular, que puso sobre aviso a una legión de periodistas pendientes de cualquier movimiento en el Palau de la Generalitat.
Del encuentro en la tarde salió un tardío comunicado de indudable significado: Carlos Mazón iba a comparecer el lunes a primera hora. Tan urgente era que ni hubo tentación de frenarlo 24 horas para dejarle el foco informativo al comienzo del juicio al Fiscal General del Estado. Una 'golosina' para el Partido Popular que el Partido Popular ha sido incapaz de aprovechar. Otra más. Álvaro García Ortiz puede darle las gracias de momento a Carlos Mazón.
Los últimos minutos
También este lunes el foco apuntaba a la comparecencia ante la jueza de Maribel Vilaplana, la periodista con la que comió en El Ventorro el aciago día. Y la misma a la que, según la última versión, acompañó a un aparcamiento cercano antes de despedirse. Mazón parecía querer adelantarse y hablar él antes de que lo hiciera su acompañante ante la instructora de la causa.
Lo que se ha sabido del testimonio de Vilaplana termina de dejar por los suelos el relato o los relatos del otro comensal en el reservado del restaurante.
¿Habrá un último ejercicio de resistencia numantina?, se preguntaban los pocos incrédulos a presenciar un adiós del presidente valenciano a minutos de su comparecencia. El misterio se desvelaba pronto. O, mejor dicho, ese misterio se desvelaba pronto, porque todos los demás siguen a medio desvelar.
El día después
Carlos Mazón ha dimitido como presidente de la Comunidad Valenciana. ¿Y ahora qué?, es la gran pregunta, seguida de una retahíla de subcuestiones: ¿habrá elecciones?, ¿quién será el candidato del PP valenciano?, ¿dejará su escaño Mazón?, ¿renunciará a su aforamiento ante una posible imputación judicial? 369 días después, Mazón sigue generando más interrogantes que respuestas. Como ocurrió un nefasto 29 de octubre de 2024 cuya relato sigue buscando encajar las piezas del puzzle.
De momento, seguirá como president en funciones hasta que haya relevo. De momento, toca mover ficha a PP y Vox para presentar un candidato en los 12 días hábiles posteriores a su adiós. De hacerlo, se fijará la fecha para celebrar el pleno de investidura dentro de los 7 días posteriores. Nos movemos en cerca de un mes de 'tiempo extra' para Mazón. ¿Pero y si no hubiera acuerdo entre la derecha y la ultraderecha? Sería el tiempo de unas elecciones anticipadas, periodo que se completaría con él en funciones.
Quiera o no quiera, aún queda Mazón para rato.