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Frustración tras los resultados de la primera prueba de importación de pescado de Marruecos a Ceuta

Frustración tras los resultados de la primera prueba de importación de pescado de Marruecos a Ceuta

"Es una pena".

PescadoGetty Images

Las importaciones de pescado a Marruecos se han paralizado después de que la primera importación supusiese un fracaso para el mayorista que lo hizo posible, debido a las grandes pérdidas económicas que supuso. Así lo afirmó Younes Ahassan, quien se animó a realizar esta primera importación y sufrió una pérdida de 500 euros de los 2.000 euros que invirtió, pues no consiguió cubrir todos los gastos que conlleva este mercado. 

Uno de los motivos por los que el negocio acabó frustrándose fue el hecho de que el comerciante no llegó a la cantidad mínima de pescado para poder obtener beneficios, pues importó nada más que 300 kilos, lo que es relativamente poco. 

De hecho, para conseguir beneficios se deben transportar un mínimo de una o dos toneladas y hacer el recorrido cada dos días, tal y como ha señalado Ahassan, que tiene previsto cambiar su plan. Además, se deben cubrir las tasas aduaneras, los gastos de alquiler de transporte y hay que contar con los clientes y la demanda suficiente para que se venda el pescado importado. 

Otro de los motivos que llevó al fracaso del comerciante fueron los precios, los cuales eran prácticamente iguales a los que ya se ofrecían en Ceuta. "Ya no se trabaja como antes, ahora está todo más caro, antes no se pagaba en Marruecos. Ahora se paga allí, se paga aquí, con unas cantidades...", lamenta Ahassan, en referencia a las tasas aduaneras. 

Actualmente, el comerciante se encuentra estudiando un plan para poder rentabilizar su negocio al máximo y así evitar de nuevo enfrentar posibles pérdidas. "Estamos estudiando si este pescado podría tener salida. Si traemos un camión cada dos días y podemos repartirlo entre el mercado del centro, de Hadú y restaurantes, creo que sí se podría llevar a cabo", relata. 

En el supuesto de que se consiguiese llevar a cabo este planteamiento, los precios del pescado podrían sufrir una leve reducción, consiguiendo así los objetivos y metas que en un inicio estaban pensados. Sin embargo, tal y como señala el comerciante, las trabas burocráticas suponen un obstáculo en este sentido, además del contrabando del producto. "Es la pescadilla que se muerde la cola", afirma. 

"A los mayoristas no les conviene, es mucho gasto. Nosotros estamos acostumbrados a cómo se hacían las cosas antiguamente. El mayorista salía con su furgoneta, pagaba un despacho en la aduana de 30 euros al mes y realizaba su compra de pescado, pero ahora no se puede", explica. 

Por ello, aunque celebra que se haya realizado cierta apertura con respecto al comercio con Marruecos, mantiene cierta actitud de resignación y enfado. "Esto ha sido un: 'Vale, queréis apertura de la aduana comercial, pero hay trampa' y esto es así, una pena", critica. Por el momento, la actividad continua en pausa hasta que se descubran nuevas vías más rentables.