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No me toques los rublos: Europa recurre a los activos rusos congelados para ayudar a Ucrania

No me toques los rublos: Europa recurre a los activos rusos congelados para ayudar a Ucrania

Los líderes comunitarios debatirán esta semana cómo dar un crédito de 140.000 millones de euros a Zelenski, financiado con el efectivo que generan los activos soberanos rusos inmovilizados en suelo europeo. Moscú anuncia acciones legales. 

El presidente ruso, Vladímir Putin, en la gala de la Liga de Hockey Nocturno en la pista de hielo Bolshoy de Sochi, en el Mar Negro, el 10 de mayo de 2017.Mikhail Svetlov / Getty Images

Los líderes de la Unión Europea (UE) abordarán en su cumbre de la próxima semana en Bruselas su apoyo a Ucrania, el refuerzo en defensa, la situación en Gaza tras el acuerdo de paz y la competitividad comunitaria, incluido el problema del acceso a la vivienda. En el orden del día destaca el debate sobre posibles opciones basadas en la utilización de los activos rusos inmovilizados en territorio europeo para ayudar a Kiev. Un asunto espinoso pero que puede suponer uno los mayores castigos contra el régimen de Vladimir Putin desde que comenzó su "operación militar especial" sobre Ucrania, el 24 de febrero de 2022. 

La presidencia danesa del Consejo de la UE, a través de la ministra de Economía nacional, Stephanie Lose, ha explicado esta semana que los Veintisiete han mostrado un "amplio apoyo" para concretar la propuesta de un nuevo "préstamo de reparación" a Ucrania financiado con ese dinero, parte de las sanciones impuestas a Moscú por su invasión. La idea es dar un crédito de 140.000 millones de euros financiado con el efectivo que generan los activos soberanos rusos inmovilizados en suelo europeo y, en particular, en el depositario de valores belga Euroclear.

La agencia Bloomberg ha adelantado que, efectivamente, Bruselas quiere sacar ya adelante una propuesta concreta sobre lo que hacer con este dinero en la cita de la semana entrante, sobre el total de 232.000 millones en activos congelados del banco central ruso. La medida se produce en un momento en que Europa asume una responsabilidad cada vez mayor en las necesidades militares y económicas de Ucrania y cuando Estados Unidos ha ratificado que ya no financiará directamente la compra de armas por parte de Kiev: venderá armas a los europeos y éstos se las harán llegar a los de Volodimir Zelenski. El presidente ucraniano ha instado a los aliados europeos a acelerar la financiación, con el objetivo de alcanzar los 1000 millones de dólares al mes para la adquisición de armas de Washington. 

Según el plan de la UE, Ucrania recibiría de inicio esos 140.000 millones en nuevos préstamos, reembolsables únicamente si Rusia compensa los daños causados por la guerra; hasta diciembre pasado, la cifra se estimaba 176.000 millones de dólares, pero ha debido crecer notablemente por la intensificación de los ataques, tanto a edificios residenciales como a infraestructuras básicas y bases militares, indica Naciones Unidas

Los fondos en cuestión permanecerían bloqueados hasta entonces, con garantías a través de la cámara de compensación Euroclear, con sede en Bélgica, para hacer frente a posibles reclamaciones legales de Rusia. El plan evita la incautación directa de activos, contra la que Moscú ha advertido que tomaría represalias judiciales, lo que ha generado una importante inquietud entre los europeos, sobre todo en el primer ministro belga, Bart De Waver, quien temía las peores represalias por ser la sede de los organismos que han de dar el paso. 

La verdad es que la mayoría de países de la UE recuerdan que no existe un precedente jurídico claro en el que el bloque europeo pueda basar sus decisiones al respecto de estos activos y eso añade incertidumbre. Por eso han pedido a la Comisión Europea que realice una evaluación. Desde el punto de vista político, los líderes de la UE asumieron el compromiso claro, vinculante, de que "en cumplimiento de la legislación de la UE, los activos de Rusia deben permanecer inmovilizados hasta que Rusia cese su guerra de agresión contra Ucrania y la compense por los daños causados por esta guerra". Esa decisión es válida hasta que decidan cambiar de postura. "No podemos imaginar que (…) si hay un alto el fuego o un acuerdo de paz, se devuelvan estos activos a Rusia si no han pagado las reparaciones", comentó el mes pasado en Copenhague la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas.

Está por ver aún hasta dónde se estira el debate, porque hay países como Polonia y los bálticos, los partidarios más acérrimos de Kiev y también los más expuestos a la amenaza rusa, que quieren que el dinero se incaute directamente y se destine a la reconstrucción. Hasta dan un paso al frente a la hora de respaldar los seguros si se opta por esa vía. Sin embargo, Alemania, Francia o Italia, pesos pesados de la Eurozona, sostienen que una confiscación total podría dañar la credibilidad jurídica de la UE y sacudir los mercados financieros mundiales. Otra de las opciones consistiría en transferir los activos a una "sociedad instrumental" (SPV) gestionada por Bruselas, un nuevo fondo respaldado por varios países de la UE y de fuera de ella.

Volodimir Zelenski, entre Antonio Costa y Ursula Von der Leyen, en un reciente Consejo Europeo en Bruselas.EFE

Responsabilidad compartida

Dado que es poco probable que el Kremlin ofrezca reparaciones, el plan podría considerarse, en la práctica, una confiscación de activos soberanos, lo que es ilegal según el Derecho internacional. "A nadie de los presentes en la mesa, ni siquiera a mí, le gustaría ver ese dinero devuelto a Vladimir Putin. A nadie", dijo De Wever a los periodistas el pasado 2 de octubre, ante la opción, por ejemplo, de que un dirigente cercano al Kremlin como Viktor Orban acabe maniobrando para que Rusia recupere sus fondos. "Quiero la máxima seguridad jurídica. Quiero solidaridad", insistió el nacionalista. En unos días se desvelará si ha recibido las garantías de abrigo que reclama. 

Citar a Orban no es casual: Hungría ha dicho que rechazará directamente cualquier movimiento en ese sentido pues ya ha demandado a la UE por canalizar miles de millones de los beneficios extraordinarios para ayuda militar a Ucrania. Se espera una pelea importante. 

Está previsto que la Comisión Europea elabore un plan para compartir la responsabilidad, para que las posibles pérdidas se repartan entre los Estados miembros. La jefa del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, que no ha sido invitada a las conversaciones, se ha manifestado en contra de la confiscación, alegando que podría debilitar la confianza en el euro como moneda de reserva. "Es crucial explorar todas las vías disponibles minimizando los riesgos potenciales", insiste Kallas.

Los Estados miembros de la UE también están negociando las condiciones de los préstamos, fundamentales, incluida la asignación entre necesidades militares y civiles y el abastecimiento de suministros. Se prevé la coordinación con los aliados del G-7, aprovechando unos 300.000 millones de dólares en activos congelados.

Las conversaciones de esta semana en Bruselas también abordarán sanciones adicionales a los ingresos energéticos de Rusia, mientras que los líderes de la UE buscan un consenso sobre el nuevo paquete de sanciones del bloque, incluida una prohibición de importación de gas natural licuado en 2027.

Anteriormente, la empresa alemana Rheinmetall declaró que Ucrania recibirá sistemas de defensa aérea de corto alcance Skyranger 35 montados en chasis Leopard 1, cuya compra será financiada por un Estado miembro de la UE utilizando activos rusos congelados.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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