Este acuerdo con el Noam es el segundo de los 5 esperados para que el líder del Likud se convierta en el primer ministro del gobierno más ultraderechista de la historia israelí.
El Sionismo Religioso, partido de ultraderecha populista, racista y antiárabe, aupado como tercera fuerza política, puede condicionar la política de Bibi y el modelo de país.
Tras 15 años como primer ministro, desbancado por una coalición de "todos contra Bibi" y enjuiciado por corrupción, el candidato del Likud insiste en vestirse de salvador.
El experiodista y actor, que apenas ha estado cuatro meses como primer ministro, trata de mostrarse como líder fuerte de la única alianza que puede aglutinar a los 'antiBibi'.
En un país polarizado, estancado por la falta de estabilidad institucional, se habla poco de programas y apuestas. Todo se reduce a lo de siempre, si Netanyahu debe mandar.
Incapaces de sacar adelante la legislación básica, Bennett y Lapid tratan de evitar más deserciones en su bloque de ocho partidos. Netanyahu se afila ya las uñas.
Ocho partidos se sumaron para relevar al primer ministro, pero la coalición flaquea: demasiadas diferencias, diputados que rompen la disciplina o que se van con Bibi.
El expresidente de EEUU desvela en un libro su despecho con el exmandatario israelí, "el hombre por el que hice más que cualquier otra persona con la que traté", dice.
Había declarado en un caso que investiga si el exprimer ministro de Israel abusó de su influencia para que el medio más leído del país hablase bien de él.
Bennett, el nuevo primer ministro, promete "sanar" un país dividido tras 12 años de reinado del Likud. Las tensiones en el propio gabinete son el primer riesgo de atranque.