Netanyahu confirma que no habrá Estado palestino con el plan de 'paz' porque nunca lo aceptaría
El penúltimo punto de la propuesta presentada por el país que está perpetrando un "genocidio" y la potencia que le apoya militarmente recoge, difusamente, la apertura de "un camino creíble para la autodeterminación y estatalidad palestina, reconocidos como aspiración del pueblo palestino". Con Israel todo apunta a que ni "autodeterminación", ni "estatalidad", y a ver en qué queda lo de "creíble".

El propio Donald Trump lo reconocía ayer en los últimos compases de su intervención ante la prensa mundial para explicar su propuesta de plan de 'paz' que ha conseguido arrancar cierto optimismo entre parte de la comunidad internacional y bajo el telón de fondo de los reconocimientos del Estado palestino en la 80º Asamblea General de la ONU. Trump deslizaba que el penúltimo de los 20 puntos de una hoja de ruta que incluiría un gobierno de Transición, con tecnócratas y con él y con el expremier británico Tony Blair al frente, supondría abrir el camino a un futuro Estado palestino -tras una buena ristra de amenazas de que si no cumplen Israel siempre podrá ejercer su derecho a defenderse-. También decía, quizás de forma menos triunfal pero con una suerte de empatía, que Netanyahu no había firmado y que el primer ministro israelí estaba en su derecho de hacerlo.
El propio mandatario israelí no tardó en explicar por qué el único punto en el que realmente se contiene una promesa, un vago horizonte de avance en la causa del pueblo palestino -estamos hablando de existir como Estado y poder gobernarse a sí mismos- es papel mojado. Por lo mismo que había advertido en sus últimas palabras en el aeropuerto Ben Gurión antes de despegar a una visita internacional en la que no ocultó que le interesaba más su reunión en la Casa Blanca que el discurso que dio en las Naciones Unidas. La promesa de que nunca habría un Estado palestino.
Netanyahu ya lo había advertido en su alocución de ayer, pero en una mañana de un martes en el que le arrecian críticas domésticas -por cuestiones como pedir perdón, obligado por Trump, por bombardear a Hamás en Catar, es decir, violando su soberanía nacional y en el marco de unas negociaciones-, ha publicado un breve vídeo aclaratorio en su cuenta oficial de X -antes Twitter-. La aclaración es breve. ¿Habrá Estado palestino alguna vez en el futuro? "No, en absoluto", subraya el líder del Likud. "No está escrito en el acuerdo", añade.
Netanyahu: "Trump lo entiende"
El primer ministro israelí no se ha quedado ahí y ha aprovechado para sacar pecho de la capacidad para darle "la vuelta a la tortilla", en alusión a ese concepto repetido hasta la saciedad del Gobierno israelí de que cualquier apoyo en materia de reconocimiento del Estado palestino -obviando que la mayoría de países lo quieren con la Autoridad Nacional Palestina como interlocutor, en lugar de Hamás- supone una victoria para el terrorismo. "En vez de que Hamás nos aísle, hemos aislado a Hamás", ha asegurado sin mención alguna a que distintos países han tomado esa decisión condenando la matanza de civiles que perpetra Israel en Gaza y en la Cisjordania ocupada, donde quieren ampliar aún más los asentamientos ilegales de colonias en Jerusalén Este.
"Está claro que eso sería un premio enorme al terrorismo y un peligro para el Estado de Israel", resume Netanyahu, advirtiendo de que "Trump lo entiende". En esa línea, el primer ministro de Israel ha asegurado, que gracias a la postura de Washington, "ahora todo el mundo, incluido el mundo árabe e islámico, está presionando a Hamás para que acepte los términos que hemos creado junto a Trump para lograr la vuelta de todos los rehenes, vivos y muertos, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se quedan en la mayoría de la Franja".
La realidad es que todos esos países han reclamando la liberación de los rehenes y la entrega de los cuerpos siempre y en cada ocasión, propuesta, negociación o resolución -que EEUU ha vetado siempre en la ONU o que Israel ha acabado rompiendo-. Incluso hubo propuestas de paz en la que el grupo terrorista Hamás había aceptado ya lo anterior, pero también se había abierto a la entrega de las armas y la cesión del poder a un gobierno de transición. En esos casos, Israel se desligó de esas propuestas que reclamaban su retirada total del enclave -con el plan nuevo se marcharían gradualmente, pero manteniendo una zona de control-. En teoría, al igual que el punto 19, esa propuesta obliga a Israel a no ocupar ni anexionar Gaza. A pesar de que son reclamaciones de sobra conocidas por parte de los socios del Ejecutivo de Netanyahu.
