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Netanyahu confirma que no habrá Estado palestino con el plan de 'paz' porque nunca lo aceptaría

Netanyahu confirma que no habrá Estado palestino con el plan de 'paz' porque nunca lo aceptaría

El penúltimo punto de la propuesta presentada por el país que está perpetrando un "genocidio" y la potencia que le apoya militarmente recoge, difusamente, la apertura de "un camino creíble para la autodeterminación y estatalidad palestina, reconocidos como aspiración del pueblo palestino". Con Israel todo apunta a que ni "autodeterminación", ni "estatalidad", y a ver en qué queda lo de "creíble".

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, junto a su homólogo estadounidense, Donald Trump; en la rueda de prensa de presentación de su propuesta conjunta para un alto al fuego en Gaza.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, junto a su homólogo estadounidense, Donald Trump; en la rueda de prensa de presentación de su propuesta conjunta para un alto al fuego en Gaza.REUTERS/Kevin Lamarque

El propio Donald Trump lo reconocía ayer en los últimos compases de su intervención ante la prensa mundial para explicar su propuesta de plan de 'paz' que ha conseguido arrancar cierto optimismo entre parte de la comunidad internacional y bajo el telón de fondo de los reconocimientos del Estado palestino en la 80º Asamblea General de la ONU. Trump deslizaba que el penúltimo de los 20 puntos de una hoja de ruta que incluiría un gobierno de Transición, con tecnócratas y con él y con el expremier británico Tony Blair al frente, supondría abrir el camino a un futuro Estado palestino -tras una buena ristra de amenazas de que si no cumplen Israel siempre podrá ejercer su derecho a defenderse-. También decía, quizás de forma menos triunfal pero con una suerte de empatía, que Netanyahu no había firmado y que el primer ministro israelí estaba en su derecho de hacerlo.

El propio mandatario israelí no tardó en explicar por qué el único punto en el que realmente se contiene una promesa, un vago horizonte de avance en la causa del pueblo palestino -estamos hablando de existir como Estado y poder gobernarse a sí mismos- es papel mojado. Por lo mismo que había advertido en sus últimas palabras en el aeropuerto Ben Gurión antes de despegar a una visita internacional en la que no ocultó que le interesaba más su reunión en la Casa Blanca que el discurso que dio en las Naciones Unidas. La promesa de que nunca habría un Estado palestino.

"[El camino hacia la creación de un Estado palestino] no está escrito en el acuerdo"
Benjamin Netanyahu, sobre el punto 19 del plan de paz de Trump para Gaza, que recoge el camino hacia un futuro Estado palestino

Netanyahu ya lo había advertido en su alocución de ayer, pero en una mañana de un martes en el que le arrecian críticas domésticas -por cuestiones como pedir perdón, obligado por Trump, por bombardear a Hamás en Catar, es decir, violando su soberanía nacional y en el marco de unas negociaciones-, ha publicado un breve vídeo aclaratorio en su cuenta oficial de X -antes Twitter-. La aclaración es breve. ¿Habrá Estado palestino alguna vez en el futuro? "No, en absoluto", subraya el líder del Likud. "No está escrito en el acuerdo", añade.

Netanyahu: "Trump lo entiende"

El primer ministro israelí no se ha quedado ahí y ha aprovechado para sacar pecho de la capacidad para darle "la vuelta a la tortilla", en alusión a ese concepto repetido hasta la saciedad del Gobierno israelí de que cualquier apoyo en materia de reconocimiento del Estado palestino -obviando que la mayoría de países lo quieren con la Autoridad Nacional Palestina como interlocutor, en lugar de Hamás- supone una victoria para el terrorismo. "En vez de que Hamás nos aísle, hemos aislado a Hamás", ha asegurado sin mención alguna a que distintos países han tomado esa decisión condenando la matanza de civiles que perpetra Israel en Gaza y en la Cisjordania ocupada, donde quieren ampliar aún más los asentamientos ilegales de colonias en Jerusalén Este.

"Está claro que eso sería un premio enorme al terrorismo y un peligro para el Estado de Israel", resume Netanyahu, advirtiendo de que "Trump lo entiende". En esa línea, el primer ministro de Israel ha asegurado, que gracias a la postura de Washington, "ahora todo el mundo, incluido el mundo árabe e islámico, está presionando a Hamás para que acepte los términos que hemos creado junto a Trump para lograr la vuelta de todos los rehenes, vivos y muertos, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se quedan en la mayoría de la Franja". 

La realidad es que todos esos países han reclamando la liberación de los rehenes y la entrega de los cuerpos siempre y en cada ocasión, propuesta, negociación o resolución -que EEUU ha vetado siempre en la ONU o que Israel ha acabado rompiendo-. Incluso hubo propuestas de paz en la que el grupo terrorista Hamás había aceptado ya lo anterior, pero también se había abierto a la entrega de las armas y la cesión del poder a un gobierno de transición. En esos casos, Israel se desligó de esas propuestas que reclamaban su retirada total del enclave -con el plan nuevo se marcharían gradualmente, pero manteniendo una zona de control-. En teoría, al igual que el punto 19, esa propuesta obliga a Israel a no ocupar ni anexionar Gaza. A pesar de que son reclamaciones de sobra conocidas por parte de los socios del Ejecutivo de Netanyahu. 

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Soy redactor de actualidad en El HuffPost, donde cada día realizo un seguimiento de todo lo que está pasando y marcando la jornada, con el único objetivo y árdua tarea de trasmitírselo a nuestros lectores de una forma en la que conozcan el contexto y el trasfondo más allá de un mero titular. Es decir, para que tu cuñado no pueda colártela otra vez.

 

Sobre qué temas escribo

Aunque en el día a día acabe escribiendo de cualquier cosa que suceda en el mundo, “puede que me recuerdes” de algunas temáticas que suelen quitarme el sueño con especial frecuencia. Me gusta escribir de política internacional, sobre todo cuando esta es eufemismo de atroces injusticias contra los derechos humanos o el medio ambiente, así como para acercar causas sociales que pasarían inadvertidas (la siguiente podría ser la tuya, así que escríbeme). La morriña también me devuelve en ocasiones a Galicia, sobre todo para que sus historias no se pierdan en el camino a la meseta.

 

Mi trayectoria

Antes de llegar a El HuffPost en 2021, fui periodista en La Voz de Galicia durante cinco años. En aquella etapa también pasé por los micrófonos de ‘Radio Voz’, en distintos programas radiofónicos. Y, aunque parezca poco probable, bebía más café que en la actualidad.


Soy de Ribeira, una bella localidad coruñesa que probablemente recuerdes del marisco, las páginas de sucesos o de personalidades de las que solemos presumir (tenemos a la triplista olímpica Ana Peleteiro y a una de las Tanxugueiras).


Aunque bromeo con que soy doctorado en Periodismo Gonzo, en realidad solo soy licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), pero, eso sí, tengo la orla de la misma tienda que la que se la hizo al rey Felipe VI. Aquellos años en Madrid me sirvieron para conocer la ciudad, pero también para entender que el mercado de la vivienda aún podía ir a peor. Ah, también tengo otra identidad secreta bajo la que hago rap o escribo poesía y que solo revelé en la redacción para que me dejasen entrevistar a artistas.

 


 

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