Su impacto en los precios de energía y alimentos, el repunte de la inflación y el endurecimiento de las políticas monetarias son los principales factores en el cambio.
Los expertos proponen aumentar un 28,6% el gasóleo, un 1,8% la gasolina y abaratar el precio de la electricidad en un 6,8% para el consumidor doméstico.