Cómo ha respondido Israel a las presiones de España en los últimos meses
Desde que lanzó su sangrienta campaña militar sobre la Franja de Gaza por los atentados del 7-O de 2023, Tel Aviv ha respondido a las, primero, críticas, y, después, medidas coercitivas y sanciones de Madrid con la misma receta que aplica en suelo palestino: desproporcionalidad y retórica en el lenguaje.

'Piensa el ladrón que son todos de su condición'. Un refrán de origen dudoso -se cree que entronca con otro de la Antigua Roma-, pero que en España ha tenido una gran acogida a lo largo del tiempo. Habría que remontarse incluso a la propia concepción de esta como nación, es decir como un Estado moderno, para hallar las raíces de un dicho que bien hubiera valido para contestar a acusaciones que daten de aquellos tiempos. Por ejemplo, al siglo XV, cuando los Reyes Católicos que habían unido a la Corona de Castilla y la de Aragón promulgaron el Edicto de Granada que forzó la expulsión de entre 50.000 y 100.000 judíos de España.
Corría el año 1492 y solo habían pasado 14 años desde que se instaurase la Santa Inquisición. Es decir, hace 533 años. Hoy en día, el refrán que encabeza estas líneas sigue utilizándose, pero España es -o al menos recoge su carta magna- un Estado laico en el que hay libertad de culto y de creencia religiosa. El mismo en que 72.000 judíos sefardíes han obtenido la nacionalidad que les fue robada a sus antepasados, en los últimos años. ¿Obviedades? Si se analizan los últimos ataques que ha recibido el Gobierno de coalición, quizás no lo sean. En 2025, el Ejecutivo de Israel ha respondido a las críticas y medidas de presión de nuestro país para que detengan la campaña militar sobre la Franja de Gaza con afirmaciones como esta: "Al parecer, la Inquisición Española, la expulsión de los judíos de España y el asesinato sistemático de judíos en masa durante el Holocausto no le bastan a Sánchez. Increíble".
El propietario de esas aseveraciones, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no fue el primero de su gabinete que tuvo que remontarse más de cinco siglos atrás para atacar al Gobierno español. El propio ministro de Exteriores, Gideon Moshe, firmó un comunicado en el que le parecía "sorprendente la falta de conciencia histórica sobre los crímenes de España contra el pueblo judío, incluyendo los crímenes de la Inquisición, las conversiones religiosas forzadas y la Expulsión Española: la completa limpieza étnica de los judíos a finales del siglo XV". Ese texto tenía como objeto mostrar el rechazo israelí a que el Gobierno hubiese reconocido al Estado palestino. El mismo que Israel impide y cuyo pueblo le ha arrebatado más de 63.500 víctimas mortales en su campaña militar sobre Gaza.
Pero esto solo es una muestra más de una continua serie de ataques y provocaciones que responde a una cronología muy marcada y en la que dos factores juegan un papel clave. A cada escalada en las agresiones israelíes sobre Palestina, España ha ido dando pasos de presión, cortando -algunos- lazos armamentísticos y ahondando en la relación y cooperación con el interlocutor que reconoce la mayoría de la comunidad internacional, la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Estos han sido los momentos claves de una escalada de tensión diplomática que no parece tener haberse topado con su techo.
Noviembre de 2023, o el poder del adjetivo "insoportable"
Si bien es cierto que Israel y España han mantenido una tradicional relación comercial -profundamente armamentística- y cultural, y que Madrid cerró filas en la condena de los brutales atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023, el gran choque entre Tel Aviv y Madrid no tardaría en llegar. Igual que no tardaron en contarse por miles las víctimas civiles que se llevaba por delante la operación de respuesta israelí al 7-O. Por aquel entonces, la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea recaía en España, y eso se tradujo en que Pedro Sánchez tuvo oportunidad de trasladarle la postura española a Netanyahu en Jerusalén.
"El mundo entero está impresionado por las imágenes que vemos a diario de Gaza. El número de palestinos muertos es realmente insoportable. Debe distinguirse claramente entre objetivos militares y la protección de los civiles", le dijo Sánchez al primer ministro, en unos primeros compases en los que subrayó el derecho de Israel a defenderse, al tiempo que condenaba el terrorismo de Hamás -recordando que España sabe bien lo que es gracias a ETA-.
En esa gira por la región, Sánchez estuvo acompañado del primer ministro belga, Alexander de Croo. Junto a él, en el paso de Rafá, defendió la postura que siempre ha mantenido España históricamente, la solución de los dos Estados frente a una respuesta mediante el uso de la fuerza que consideró desproporcionada. Ese gesto fue el que provocó que Israel llamase a consultas a su embajadora Rodica Radian-Gordon.
Mayo de 2024, del anuncio del reconocimiento a tres bandas al vídeo de sevillanas y rehenes
El verdadero punto de inflexión de las relaciones diplomáticas de España con Israel llegó al año siguiente, en el mes de marzo. Durante una sesión plenaria en el Congreso, Sánchez anunció lo que ya se venía mascullando desde hacía tiempo. Un grupo de países, cansados de la tibieza y los comunicados comunitarios para intentar condenar a Israel que ni siquiera lograban mayoría para mencionarlo, dio el paso que hoy ha derivado en una suerte de efecto dominó entre grandes potencias mundiales. España, Noruega e Irlanda reconocerían al Estado palestino.
Israel respondió con más dureza que argumentos. "A esta maldad no se le puede dar un país", criticó Netanyahu, obviando que Palestina va más allá de la Franja y también la conforma la Cisjordania ocupada donde el Gobierno es el de la ANP, que aboga por la resolución pacífica del conflicto árabe-israelí. Pero el, por aquel entonces ministro de Exteriores, hoy ministro de Defensa, Israel Katz, fue más allá. Llamó por segunda vez a consultas a su embajadora en Madrid, pero también publicó un vídeo realizado por inteligencia artificial en el que se entremezclaban imágenes de los rehenes de Hamás, con bailaoras sevillanas.
Septiembre y octubre de 2024, los encuentros en Madrid y la presión contra las armas israelíes
Lo cierto es que los meses siguientes al histórico anuncio estuvieron marcados por el cambio que dio el Gobierno de España. Desde ese momento, trató de estar en la vanguardia de las presiones a Israel para detener la masacre que todavía Pedro Sánchez no se atrevía a describir como un "genocidio". Y eso pasaba por el armamento. "La comunidad internacional suspenda de inmediato el envío de armas a Israel", proclamó el mandatario español.
Ahí arrancó una serie de encuentros de los distintos países que componen la lista de apoyos al pueblo palestino y que tuvieron Madrid como base de operaciones. Culminaron con la histórica visita del presidente palestino y líder de la ANP, Mahmud Abás, en la que pidió que España hiciese honor a su pasado como anfitrión de la Conferencia de Madrid y acogiese una nueva cumbre de paz. Fue después de esta escena cuando Sánchez pidió acabar con el flujo de armas a Tel Aviv. En octubre, en virtud de los acuerdos alcanzados, se aprobaron ayudas bianuales para los palestinos por valor de 75 millones de euros.
Abril de 2025, los contratos de armas con España y la polémica de Eurovisión
El paso que había dado España a escala mundial al pedir que no se suministrase armamento a Tel Aviv derivó en momentos convulsos para el Gobierno de España y nuevos choques con el Gobierno de Israel. Comenzaron a trascender las informaciones de que España no había logrado rescindir un contrato de compra de balas para la Guardia Civil, en una exclusiva de la SER. La friolera de 6,6 millones que no solo suponían que se incumplía la promesa del Gobierno de no adquirir armas israelíes o que fuesen probadas en territorios palestinos, sembraban la duda de si realmente había capacidad legal para hacerlo.
La presión de Sumar en la coalición se tradujo en la implicación del propio presidente del Gobierno para encontrar una solución. El propio ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en un gesto que muchos interpretaron como una desautorización, asumió el "error puntual" y agradeció la ayuda de otros ministerios durante una comparecencia en la Cámara Baja. Posteriormente, el debate se trasladó al Ministerio de Defensa, donde otros contratos que eran profundamente estratégicos también acabaron siendo anulados.
Sánchez también reclamó suspender el acuerdo de asociación comunitario con Israel. Ante la posibilidad de castigarle en el ámbito del dinero, la embajada israelí respondió hablando de "cruzada antiisraelí". Albares convocó al encargado de negocios israelí ante sus declaraciones. Este último movimiento se produjo en junio, pero a finales del mes anterior, Sánchez introdujo otro elemento en el debate internacional sobre qué presiones se deben aplicar a Israel. Si la misma Rusia que invadió Ucrania fue expulsada de las grandes competiciones deportivas o de otra índole, ¿por qué Israel está presente en Eurovisión?
Septiembre de 2025, el cruce de sanciones y el verdadero temor de Israel
Esa serie de acontecimientos han derivado directamente en los recientes hechos que marcan la actualidad de un mes de septiembre que pasará a la historia. Mientras Israel apura los pasos de la invasión de la mayor urbe de la Franja, la Ciudad de Gaza, obligando a la expulsión forzosa de un millón de civiles ya en condiciones de hambre, hacinados y sin servicios básicos, el Gobierno español -también empujado por el ala de Sumar en el Ejecutivo- ha ordenado la primera batería de sanciones contra Israel e integrantes del Gobierno de coalición que Netanyahu comparte con formaciones de extrema derecha y de sionismo radical.
Las nueve medidas, que incluían vetar en España a dos ministros ultra -Netanyahu ya tiene orden de busca y captura por parte de la CIJ-, fueron recibidas con las duras declaraciones de Netanyahu mencionadas al comienzo de este texto. Siguió el habitual argumentario, acusando de hacer un favor al terrorismo de Hamás, y respondió vetando en Israel a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y a la ministra de Infancia, Sira Rego -quien tiene raíces palestinas-. Exteriores no lo dejó pasar y llamó a consultas a la embajadora española en Tel Aviv, "ante las calumniosas acusaciones de antisemitismo hacia España y las inaceptables medidas contra dos miembros del Gobierno de nuestro país".
Netanyahu no se quedó ahí y ahondó en una idea que antes habían formulado desde su gabinete. Concretamente, hizo referencia a una de las afirmaciones de Pedro Sánchez, retorciéndolas. "Es una amenaza genocida flagrante contra el único Estado judío del mundo", consideró Netanyahu señalando que "Sánchez dijo ayer que España no podía frenar el combate de Israel contra los terroristas de Hamás porque su país no tiene armas nucleares". No, no dijo eso. Mencionó que "España, como saben, no tiene bombas nucleares, tampoco tiene portaaviones ni grandes reservas de petróleo" y que "nosotros solos no podemos detener la ofensiva israelí. Pero eso no significa que no vayamos a dejar de intentarlo".
De forma paralela, desde Exteriores acusaron a Pedro Sánchez de impulsar estas medidas contra Israel como una especie de cortina de humo ante los distintos procesos judiciales que han golpeado al Ejecutivo, desde el 'caso Koldo' a la situación procesal de su esposa, Begoña Gómez: "El intento del corrupto Gobierno de Sánchez de distraer la atención de graves casos de corrupción mediante una campaña antisemita y antiisraelí es evidente".
Más allá del protocolo de una crisis diplomática -Sumar reclama la ruptura total de relaciones-, se respiraba el verdadero enfado de Israel en su escalada verbal, pero no quedó demostrado hasta que los anuncios de España comenzaron a tener el eco que más temía Tel Aviv. En el marco del debate del Estado de la Unión Europea, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, anunciaba que iba a proponer a la Eurocámara la misma propuesta que le habían planteado países como España. Una suspensión parcial del acuerdo de asociación comercial con Israel.
El jefe de la diplomacia israelí consideró que la mandataria conservadora acababa de "ceder a las presiones de factores que socavan las relaciones entre Israel y Europa", tachando de "lamentable" sus palabras. A pesar de que Alemania había sido -y es- uno de los mayores contrapesos a tomar cualquier represalia contra Israel, con la única excepción del anuncio de que le congelaban el suministro de armamento que pudiera ser utilizado en Gaza. Gideon Saar centró sus esfuerzos diplomáticos, como ministro de Exteriores israelí, en asegurar que la comunidad internacional debe respaldar a Israel "en esta lucha" y que las palabras de Von der Leyen "están manchadas por la falsa propaganda de Hamás y sus socios".
