Trump admite que a Israel le está "perjudicando" la guerra ante la opinión pública y debe parar
"Hubo una época en la que no se podía hablar mal [de Israel]", añora o lamenta el presidente de EEUU, apuntando a una pérdida de poder del Estado judío como 'lobby'. En plena campaña para el Nobel de la Paz, el republicano advierte: "Puede que estén ganando la guerra, pero no están ganando en el mundo de las relaciones públicas". Y quizás le salpique a él.

En los últimos meses, si hay un terreno político en el que el presidente de los EEUU se siente incómodo, pegando vaivenes y bandazos del día para la noche, es sin duda todo lo que rodea a la invasión y campaña militar de Israel sobre la Franja de Gaza -y la masacre derivada de palestinos que ayer superaron las 63.500 víctimas mortales, la mayoría civiles, y entre ellos, niños y mujeres-. Un día, Trump puede verse absolutamente orgulloso presumiendo de cerrar otro conflicto internacional, pero acostumbra a surgir la pregunta incómoda. ¿Qué pasa con Gaza y con su mayor aliado en la región, el mismo Israel que contraviene a diario todas las premisas básicas del derecho internacional? Hoy ha vuelto a pronunciarse sobre esto, con toque de atención a Netanyahu.
Para el presidente que se encuentra en una nueva campaña de autopromoción para el Nobel de la Paz ser el máximo apoyo del Gobierno de Benjamin Netanyahu es una tarea que se conjuga con cal y arena en las ruedas de prensa. Trump puede mostrar tímidas y tibias afirmaciones de que pronto se acabará la "guerra", para, solo un día más tarde, acabar recogiendo cable cuando es evidente que Tel Aviv ha hecho descalabrar la enésima propuesta estadounidense de tregua.
Pero Trump también puede hacer todo eso mientras sigue reuniéndose en los despachos para avanzar en el contestado plan de convertir la Franja en el megaproyecto urbanístico de la Riviera de Oriente Próximo, con resorts, casinos y ciudades futurísticas con implantación de la inteligencia artificial, a cambio de la expulsión forzosa de dos millones de palestinos. Un diseño de la mano de las mismos empresarios israelíes con los que desarrollaron la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), que acumula cientos de cadáveres en puntos de reparto de ayuda. Pero lo que no puede hacer Trump, es permitir que los muertos de Israel le salpiquen a él. Y esto tiene mucho que ver con la afirmación que ha dejado este martes.
Trump: "Puede que Israel esté ganando la guerra, pero no están ganando en el mundo de las relaciones públicas"
El hombre que dirige la nación que más armamento exporta a Israel ha asegurado que "puede que estén ganando la guerra, pero no están ganando en el mundo de las relaciones públicas, y eso les está perjudicando". En otras palabras, Donald Trump ha lanzado una clara advertencia a las autoridades israelíes de que sus acciones le están haciendo perder terreno en un ámbito sumamente importante y que siempre habían venido liderando, al menos en países como EEUU. En términos de lobbismo, de influencia política o empresarial. En otras palabras, en términos de poder y dinero. Así lo ha asegurado en el marco de una entrevista al digital Daily Caller.
En esa línea, Trump ha realizado un retrato del pasado en medio de una retahíla de añoranzas o lamentos. "Israel era el grupo de presión más fuerte hace 15 años, y ahora se ha visto perjudicado", ha expuesto Trump, recordando que "tenían control total sobre el Congreso, y ahora ya no lo tienen", lo que hasta a él le "sorprende un poco verlo". Trump recuerda que esa cuestión se traducía en que "20 años atrás, Israel tenía el lobby más fuerte en el Congreso que cualquier otra organización, empresa, corporación o estado que haya visto. Israel era el más fuerte. Hubo una época en la que no se podía hablar mal; si querías ser político, no se podía hablar mal [de Israel]".
Con todo, ha dejado claro que su apoyo al mismo Netanyahu al que calificó de "héroe de guerra" -en realidad aprovechó para también autocatalogarse a él de lo mismo- es recíproco. Lo hizo trayendo a la memoria uno de los momentos de mayor tensión en la región, el cruce de ataques contra Irán que Tel Aviv comenzó con una serie de magnicidios y bombardeos. Y en la que Washington tuvo que intervenir a través de la operación Martillo de Medianoche, cuyo éxito fue puesto en duda por el propio alto mando militar estadounidense: "Israel es increíble, porque cuento con un gran apoyo israelí. Lo tengo. Nadie ha hecho más por Israel que yo, incluyendo los recientes ataques a Irán, que acabaron con esa cosa [el programa nuclear iraní]".
Esa manifestación de férreo apoyo de Trump a Israel se produjo después de que fuese preguntado por el malestar entre las juventudes del radical movimiento MAGA ('Make America Great Again') ante el apoyo de Washington a Tel Aviv y en sintonía con un colectivo que presume de un Trump que acaba con viejas guerras y no se mete en el fango de nuevas. El mandatario estadounidense aprovechó para cargar contra las filas de demócratas emergentes en la etapa postBiden: "Hoy en día, [Israel] no tiene un lobby tan fuerte. Pero hoy, tienes, ya sabes, a AOC [acrónimo para acortar el nombre de la demócrata Alexandra Ocasio-Cortez] más tres, y tienes a todos estos lunáticos, y realmente lo han cambiado todo".
Un septiembre clave... al que se suma Bélgica
Cabe recordar que este mes se considera un punto de inflexión en la comunidad internacional, ante los anuncios (o amenaza en el caso británico) de varias potencias occidentales de que darán el paso y procederán a reconocer oficialmente el Estado de Palestina: Francia, Reino Unido y Canadá. A ellos se ha sumado en las últimas horas un caso particularmente paradigmático y que también da una lección a las autoridades israelíes.
Si el Gobierno belga venía de sufrir una auténtica convulsión que amenazó con crear una fractura que le hiriese de muerte, ante el intento de un ala de la coalición de recabar apoyo para presionar a Israel, en Bruselas se ha producido una vuelta a la tortilla en forma del cuarto anuncio de reconocimiento. El país que acoge una de las sedes comunitarias de mayor relevancia también reconocerá al Estado de Palestina. Y lo hará después de las mofas y comentarios jocosos vertidos desde Israel.
