Emotiva historia la llegada desde Brasil, concretamente en la localidad de Novo São Joaquim, en Mato Grosso. Un sonido de angustia acabó siendo el preludio de un rescate que duró 20 horas, pero se saldó con un final feliz. Así lo recoge el portal brasileño en Amo Meu Pet, en una entrada.

Una muestra de solidaridad y cooperación de un grupo de vecinos que no dudó en prestar su ayuda cuando un operario del servicio público de limpieza oyó un llanto que ascendía desde una alcantarilla, cuando estaba trabajando cerca de un pozo.

Al retirar la tapa de la alcantarilla confirmaron las sospechas. Se trataba de un cachorro de perro de tan solo unos 40 días. El pequeño era conocido en el barrio, puesto que es de una perra mestiza que la comunidad se encarga de cuidar. Por eso, tras avisar a una conocida activista local de los derechos de los animales, Ana Lucía, se estableció el improvisado dispositivo de rescate.

Medidas drásticas para salvar la vida del cachorro

Tras lograr autorización municipal, el grupo tuvo que tomar medidas drásticas para salvar la vida del can. Emplearon una retroexcavadora para abrir un agujero alrededor del pozo y facilitar el rescate, al tiempo que también se llamó al Cuerpo de Bomberos y se movilizó una gran cadena de buena voluntad, en la que se unieron vecinos, voluntarios y autoridades locales.

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