El huracán Irma pierde fuerza tras tocar tierra en Cuba

El huracán Irma pierde fuerza tras tocar tierra en Cuba

Florida ordena la evacuación de más de 5 millones de habitantes.

EFE

El huracán Irma sigue perdiendo fuerza este sábado tras tocar tierra en la noche del viernes en la costa norte de Cuba, aunque se mantiene como categoría 4, después de que sus vientos pasasen en las últimas horas de 250 kilómetros por hora a 215, informó hoy el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EEUU.

A las 08.00 hora local (12.00 GMT), el ojo de Irma se ubicaba a 135 kilómetros al este de Caibarién (Cuba) y a 440 al sur-sureste de Miami y avanzaba a una velocidad 19 kilómetros por hora en dirección oeste.

Según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EEUU, con sede en Miami, Irma podría girar hacia el noroeste a finales del día de hoy.

De esta forma, el ojo del huracán se movería cerca de la costa norte Cuba a lo largo del día de hoy, llegaría a los Cayos de Florida el domingo por la mañana y luego la costa suroeste de esta península el domingo por la tarde.

Irma, el huracán más poderoso registrado en el Atlántico, ha dejado al menos 21 muertos a su paso por las Antillas Menores y Puerto Rico y ha destruido la isla de Barbuda y la parte francesa de San Martín.

EVACUACIÓN MASIVA EN FLORIDA

La previsión es que 'Irma' alcance durante la jornada del domingo la costa del estado estadounidense de Florida, donde las autoridades ordenaron la evacuación de más de 5,6 millones de habitantes.

Se prevé que Irma golpee los cayos de Florida este sábado antes de avanzar tierra adentro, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

Tras haber causado al menos 21 muertos a su paso por el Caribe, todo indica que llegará al 'estado del sol' estadounidense el sábado por la noche o el domingo por la mañana, primero azotando los cayos y luego Miami, con ráfagas de viento de 240 kilómetros por hora.

Las autoridades de Florida ya habían establecido anteriormente órdenes de evacuación para al menos un millón de habitantes, lo que hizo que cientos de miles de automovilistas se acumularan en las dos principales autopistas de la península, creando gigantescos atascos.

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