Las fuerzas armadas israelíes aseguran que "terroristas armados dispararon y lanzaron explosivos". Ya son 136 los ataques de colonos desde esta escalada del conflicto que, con apoyo de militares, siguen en aumento en este territorio palestino.
"He pedido al Gobierno de Israel que no se deje llevar por la ira", dice el presidente de EEUU, Biden, tras la muerte de 11 palestinos en un campo de refugiados.
El foco ahora está en Gaza, pero la vida diaria en los territorios ocupados la marcan la violencia y la usurpación constantes de Israel hacia la población árabe.
Israel, que mantiene ocupada parte de Cisjordania, donde se enclava la ciudad, ha intentado frenar la decisión de la Unesco por ser "distorsionada", a su juicio.
Una cifra brutal que da cuenta del daño en la población cisjordana, donde se concentra la violencia desde hace meses, en especial en su campo de refugiados.
La operación del Ejército está centrada en debilitar a la Brigada de Yenín, grupo armado que aglutina a varias milicias del campo y que ganó peso tras fundarse hace alrededor de un año.
No, no es Gaza. Lo que están bombardeando las IDF ahora es Cisjordania, un campo de refugiados, que dice Tel Aviv, es un foco de milicias. Es algo no visto en 20 años, desde la Segunda Intifada. La temperatura sube.
Las Fuerzas de Defensa de Israel sostienen que están "atacando una infraestructura terrorista". Hacía 20 años que no se producía una incursión así en la zona.
Cuatro personas fueron asesinadas en Eli, en la Cisjordania ocupada, tras lo que sus vecinos atacaron anoche la villa palestina de Huwara, dejando 34 heridos.
Horas antes, un ataque palestino había dejado cuatro muertos (dos menores) en el asentamiento ilegal de Eli (Cisjordania). El Ejército israelí no frenó la venganza.
Un viaje a Hebrón y Nablus (Cisjordania), ciudades que condensan en sus calles todo el problema de la ocupación, de la mano de Médicos Sin Fronteras (MSF).