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El remoto lugar donde el chocolate se empleó como moneda

El remoto lugar donde el chocolate se empleó como moneda

Pasó de ser una planta exótica a convertirse en un objeto de valor.

Chocolate negroGetty Images

Antes de transformarse en el manjar dulce que hoy conocemos, el cacao desempeñaba un papel tan fundamental en las civilizaciones prehispánicas que su valor se equiparaba al del dinero en nuestras economías modernas. Cada grano de cacao era aceptado como unidad de intercambio para adquirir alimentos, telas e incluso fuerza de trabajo, y su sistema de contabilización reflejaba una organización comercial sofisticada.

Concretamente, en el corazón de Mesoamérica el cacao pasó de ser una planta exótica a convertirse en un objeto de valor que marcó la historia económica y social de las civilizaciones antiguas. Granos de cacao eran la unidad básica de valor en economías tan sofisticadas como la maya y la azteca, donde los primeros registros arqueológicos y etnohistóricos sitúan el uso del cacao como medio de intercambio ya en el Posclásico Tardío.

Para facilitar el comercio, los mesoamericanos establecieron múltiplos estandarizados: 400 granos de cacao formaban un “zontli” y veinte zontles constituían un “xiquipilli” o “jiquipil”, es decir, 8.000 granos. Estas medidas permitían fijar diferentes precios: un conejo podía costar entre 10 y 20 granos de cacao, mientras que un esclavo alcanzaba entre 3.000 y 4.000 granos, cifras que demuestran la solidez de esta moneda vegetal.

  Trozos de nueces de chocolate rotas, granos de cacao y cacao en polvo sobre fondo de piedra oscura.TSVETOMIR HRISTOV- GETTY IMAGES

De moneda a manjar

El cultivo del cacao exigía un clima muy particular: húmedo y sombreado, condiciones que solo se daban en regiones específicas de México, Guatemala y la cuenca del Papaloapan. Este cultivo especializado hacía del cacao un producto exclusivo cuya producción estaba regulada por las élites y los sacerdotes, quienes supervisaban plantaciones y mercados para evitar fraudes, además de encargarse de regular su distribución.

No obstante, el valor del cacao trascendía lo económico. Asociado a Quetzalcóatl y a deidades de la fertilidad, su consumo se reservaba a nobles y sacerdotes en ceremonias religiosas. Los tributos al Imperio Azteca y a estados mayas incluían cantidades de granos de cacao, consolidando su rol como fuente de poder y cohesión política entre territorios. Con la llegada de los españoles, el cacao mantuvo su valor de forma transicional.

Sin embargo, su uso monetario se extinguió gradualmente hacia el siglo XIX, cediendo paso al dinero metálico. Aun así, la semilla que una vez funcionó como unidad de cambio continúa vigente en la cultura gastronómica mundial. Actualmente, países como Ecuador, Ghana y Costa de Marfil lideran su producción, perpetuando un legado que nació en los mercados mesoamericanos hace más de mil años.

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Soy redactora en El HuffPost España, especializada en publicar artículos y reportajes de interés social: un periodismo cercano que explica y conecta.

 

Sobre qué temas escribo

Me centro en temas sociales y redacto artículos que ponen el foco en la vida cotidiana, los viajes, el consumo y las historias que conectan con la gente. A través de testimonios y observación trato de convertir experiencias personales en relatos que expliquen realidades más amplias y lleguen al lector. Por ejemplo, el reportaje con el que se dio a conocer la iniciativa de Javier Cascón: “Tiene 26 años, tres casas en Madrid que da a los sintecho y es de valorar la forma con la que ha conseguido el dinero”; un joven que ha convertido su vida en un ejemplo a seguir.

 

En general, escribo sobre vivencias personales y lugares que suelen pasar desapercibidos, por lo que siempre encontrarás sitios de interés con los que deleitarte en mis artículos.

 

Mi trayectoria

Nací en Madrid en 2001, estudié un doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos y me estrené como becaria en el Diario AS, donde me recibieron con los brazos abiertos y aprendí muchísimo. Desde el verano de 2024 formo parte del equipo de El HuffPost España, donde sigo creciendo profesionalmente y disfruto contando a diario historias que le importan a la gente. Entre mis mayores intereses que me llevaron al mundo del periodismo destacan los temas culturales, sociales y deportivos, pero me encanta aprender sobre otras áreas. En lo personal, soy una gran apasionada de contar historias y trasladar la información a todas las pantallas y los hogares, pero también del cine y de la postproducción audiovisual.

 


 

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