Es una de las plagas más dañinas para cualquier especie de plantas. Hablamos de las cochinillas, una especie de insectos que atacan el interior de las plantas, y lo hacen tanto con las plantas de interior como con las de exterior. 

La parte positiva es que se tratan de unos insectos que se pueden ver a simple vista con una simple inspección, de forma que es relativamente fácil tomar medidas para frenar su expansión y daños. Sus maneras de manifestarse son diversas aunque por lo general lo hacen en forma de escudo y con placas de cera duras.

También es conocido como insecto escama algodonosa debido a su apariencia y a la cera que la recubre. Su aspecto puede ser amarillo o rosado, mientras que su tamaño en las hembras puede oscilar entre los 2 y los 4 mm, y en los machos suelen ser similares a los mosquitos.

Pero, por qué se ubican en las plantas. La respuesta es sencilla: para alimentarse de la savia y los nutrientes de la planta, que la llevarán al deterioro máximo y finalmente, a su muerte. Por suerte, hay un método relativamente sencillo y natural para acabar con ellas.

En primer lugar habrá que identificar la gravedad de la situación y su peligrosidad. En el caso de que haya pasado poco tiempo, la rapidez es clave y la solución más fácil de conseguir, mientras que en caso de que la situación se haya agravado, se requerirá de insecticidas.

Si hablamos de remedios naturales, la solución puede encontrarse en insecticidas caseros, que se pueden conseguir tratando la planta con jabón de Marsella de Marius Fabre. Una vez se consiga, habrá que enjuagar la planta con agua para eliminar la presencia de jabón en la vegetación y aplicarlo y pulverizarlo por la zona atacada.

En el caso de que nos encontremos con una planta más resistente, la opción más efectiva pasa por usar agua y alcohol desnaturalizado, ideal para disolver la masa que protege a las cochinillas. Con esta fórmula se conseguirá provocar la muerte del parásito.