Goya fusilado por Israel junto al pueblo palestino: así se hizo el mural que arrasó en La Vuelta y que ha llegado hasta a Alemania
Hablamos con Manuel Robledo, uno de los creadores del éxitoso mural, que nos cuenta cómo ha sido el proceso.
El arte es siempre un motor de cambio social y una de las principales armas de protesta, como se ha podido comprobar este domingo durante las protestas propalestinas en Madrid que consiguieron interrumpir La Vuelta Ciclista a España, en las que un reivindicativo mural se ha alzado como protagonista y que ha llamado la atención incluso de periodistas alemanes.
Las movilizaciones y el boicot por la masacre perpetrada por Israel en Palestina han provocado la suspensión de varios tramos de la carrera, que no ha podido llegar a su fin. Una imagen poderosa que ha sido noticia en todo el mundo y que ha abierto un debate sobre la presencia de España en los eventos en los que participe Israel, con los ojos puestos ahora en Eurovisión.
La Asociación de Profesores de Dibujo de Madrid (APD), formada por 205 profesores de dibujo de escuelas públicas, privadas y concertadas de la Comunidad de Madrid, no se ha quedado de brazos cruzados, y se ha sumado a la protesta creando una obra de arte que se ha llevado un sinfín de miradas, flashes y aplausos de los manifestantes.
Se trata de un mural en un lienzo imprimado de 2,10 x 3 metros pintado en acrílico que recrea el conocido cuadro El 3 de mayo en Madrid, de Francisco de Goya, pero cambiando a los fusilados españoles por ciudadanos palestinos y a los atacantes franceses por el Ejército de Israel.
"Lo pusimos debajo de la estatua de Goya, allí en la puerta del Prado, y mucha gente hizo fotos, nos aplaudía... y bueno, fue muy bonito, muy interesante y muy esperanzador. Ojalá tenga la mayor repercusión para que sirva almenos de una manera pequeñita para ayudar a concienciar a la gente", anhela Manuel Robledo, miembro de la APD y principal instigador de la propuesta, durante una entrevista con El HuffPost.
"Se nos ocurrió crear una imagen icónica relacionada con el desastre, el genocidio y la violencia que estamos viviendo día a día en Gaza. Y los fusilamientos del 3 de mayo de Goya es una imagen reconocida a nivel mundial y nos parecía que la podíamos llevar a la actualidad", explica el artista.
"Cambiamos el tema de que fuera de la noche al día porque el genocidio que está ocurriendo en Gaza es algo que ocurre a plena luz del día y que está siendo retransmitido en directo. Por eso lo llevamos a la luz del día e intentamos representar algunas de las situaciones que se están viviendo", apunta el docente.
"Por eso hay una persona de prensa que está en el suelo muerta, hay madres y niños, hay civiles y, entre las ruinas, vemos un hospital", detalla Robledo, comentando con atención los detalles de la pintura.
Además, el docente subraya la repercusión internacional de todas estas acciones. "Hubo periodistas alemanes que hicieron fotos al mural. Y, aparte del mural, las protestas que ha habido en La Vuelta están dando la vuelta al mundo. Claro que todo esto tiene repercusión y claro que sirve, sobre todo para movilizar a la opinión pública de todo el mundo", considera el profesor.
Mucho trabajo y un buen sabor de boca
"Lo estuvimos pintando el sábado durante todo el día, empezaríamos a pintar sobre las once y estuvimos pintando hasta las siete de la tarde más o menos. Y el domingo estuvimos también desde las diez hasta las dos y pico. Un montón de horas porque es muy grande y lleva bastante trabajo", señala el artista.
Así, Robledo revela que fueron 15 las personas implicadas en la creación y difusión de la obra artística, y recuerda con emoción la implicación de personas ajenas a la asoaciación. "Hay gente que se enteró por vete a saber cómo y vino a ayudarnos", afirma el creador.
"Vino al Círculo de Bellas Artes a pintar Valle, una mujer jubilada que nos ayudó un montón. Raquel, una profesora de una escuela de arte de Madrid, Arte 10, que no es asociada. Vino también Kika, una profesora de la universidad. Vino hasta el hijo de unos amigos que nos trajo una hojita de ánimo que colgamos allí... En fin, un montón de gente", manifiesta el docente, orgulloso de la implicación.
"La verdad es que fue una cosa muy fluida, muy bonita, una experiencia estupenda y como de mucha comunicación. La verdad es que fue un trabajo en equipo muy lindo", asegura Robledo, quien propuso la creación de este mural tras el encierro del Círculo de Bellas Artes.
Un objetivo que lo impulsa todo: no quedarse callados
"Y con el resultado pues la verdad es que estamos muy satisfechos porque creemos que no nos podíamos quedar de manos cruzadas. Algo hay que hacer, cada uno tenemos que poner nuestro granito de arena para que el plato de la balanza se mueva hacia el lado correcto", afirma contundente el artista.
"En realidad no teníamos claro cuál era el objetivo. El objetivo era aportar un poco, lo que fuera. Como decía Eduardo Galeano: 'Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo'", parafrasea convencido Robledo.
"Lo cierto es que íbamos con mucho temor este domingo en La Vuelta, porque nos preocupaba que pudiéramos tener algún percance, algún incidente... pero la verdad es que fue genial y ha tenido bastante repercusión", asegura el docente.
"Lo pusimos debajo de la estatua de Goya, allí en la puerta del Prado, y mucha gente hizo fotos, nos aplaudía... y bueno, fue muy bonito, muy interesante y muy esperanzador. Ojalá tenga la mayor repercusión para que sirva almenos de una manera pequeñita para ayudar a concienciar a la gente", anhela el creador. (arriba)
Una mecha por la paz
En cuanto a las protestas, las opiniones han sido múltiples y distintas, aunque en su caso, Roledo lo tiene claro: "Yo estoy muy orgulloso de lo que pasó y de haber participado. Me parece que las potestas del domingo fueron estupendas porque fueron masivas. La gran mayoría de la gente tuvo un comportamiento excepcional y es verdad que se tiraron unas cuantas vallas, pero lo importante es ver sobre qué se protesta".
"Y sobre lo que se protesta es sobre la violencia extrema, el exterminio, el hambre, el genocidio al que se ve sometida la población de Gaza y es ahí donde tenemos que poner el foco, en mi opinión", asevera el artista.
"Yo no tengo ninguna duda de lo que está ocurriendo, y tengo la sensación de que ya hay un fruto en el árbol que está madurando, que va a caer y que va a terminar diciendo lo que todos vemos: que la situación es insostenible y que lo que está ocurriendo no debemos tolerarlo", sostiene el docente.
"Quizá algunas autoridades no están por la labor de reconocer que lo que está pasando es esto, pero yo me hago una pregunta: cuando ya dentro de un tiempo, quizá años, todos tengamos claro que esto no podía tolerarse, la gente que ha tenido una postura equidistante o negacionista, ¿qué va a decir en ese momento? ¿Cómo va a justificar su posición actual?", reflexiona el artífice del exitoso mural.
"Yo no tengo ninguna duda de lo que ocurre, de que hay que intentar pararlo y de que todos debemos intentar empujar para que esto ocurra. Si no ayudamos, si no empujamos todos un poquito, no lo vamos a conseguir", sostiene el artista.
"Yo creo que primero son los movimientos sociales los que empujan y ya un poco presionados por ellos, los políticos van actuando. Pero la presión social es fundamental. 'Si no soy yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?' Tenemos que ser nosotros y tiene que ser ahora", concluye el artista, convencido.