Tras EEUU, Europa: La UE aprueba el 19º paquete de sanciones contra Rusia, que veta el gas natural licuado
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Tras EEUU, Europa: La UE aprueba el 19º paquete de sanciones contra Rusia, que veta el gas natural licuado

Dinamarca adelanta que se "introducirán medidas nuevas e integrales sobre el petróleo y el gas, la flota fantasma y el sector financiero ruso" y se implementará un sistema para limitar la circulación de diplomáticos rusos dentro de los Veintisiete. 

Antonio Costa, Volodimir Zelenski y Ursula von der Leyen, el 6 de marzo de 2025 en Bruselas.Thierry Monasse / Getty Images

Ahora, sí, Bruselas va a por una de las joyas de la corona de la economía rusa: la Unión Europea ha anunciado este jueves que acuerda una nueva serie de sanciones contra Rusia -el 19º paquete-, dirigidas a su flota fantasma de petroleros y prohibiendo sus importaciones de gas natural licuado. Lo ha anunciado la presidencia danesa comunitaria de este semestre, como el último intento de aprisionar a Moscú y acabar con la invasión de Ucrania, aspirante a miembro de la propia UE, ocupado desde febrero de 2022. 

"Hoy es un buen día para Europa y Ucrania", dijo el ministro de Asuntos Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, en un comunicado, mientras los líderes de los Veintisiete se reunían para una cumbre ordinaria en Bruselas (Bélgica).

El político nórdico añadió que las nuevas sanciones "introducirán medidas nuevas e integrales sobre el petróleo y el gas, la flota fantasma y el sector financiero ruso" y también se implementará un nuevo sistema para limitar la circulación de diplomáticos rusos dentro de los países del club comunitario. Respecto a los barcos, se ha incluido a 117 nuevos, pertenecientes a esa flota rusa en la sombra, a su lista de medidas restrictivas, con lo que en total son ya 558 los buques sancionados. Y añade un castigo a 45 nuevas empresas que ayudan a Rusia a eludir las sanciones, entre las que se encuentran 12 de China, tres de India y dos de Tailandia.

Más: los Veintisiete han ampliado, a su vez, los criterios para sancionar a los responsables del secuestro de niños ucranianos y llevarlos a Rusia, se impiden las transacciones a cinco nuevos bancos y se han extendido las sanciones contra el sistema ruso de pagos electrónicos y el veto por completo de las transacciones de criptomonedas. La UE ha ampliado además sus sanciones contra los bienes industriales de doble uso que Rusia utiliza en el campo de batalla, detalla EFE.

La medida se produce un día después de que la administración del presidente estadounidense Donald Trump anunciara nuevas sanciones contra la industria petrolera de Rusia que apuntan a mover al presidente ruso, Vladimir Putin, a la mesa de negociaciones. La meta: poner fin a la guerra de Moscú contra Ucrania, aunque por ahora hasta se hayan anulado las reuniones de líderes previstas porque iban a ser "inútiles", en palabras del propio Trump. 

Los ingresos por energía son el eje de la economía de Rusia, tanto por el gas como por el petróleo, lo que permite a Putin inyectar dinero en las fuerzas armadas sin empeorar la inflación para la gente común y evitando un colapso de la moneda. Hasta ahora, también le ha permitido aguantar la presión de las sanciones internacionales impuestas en estos tres años y medio de "operación militar especial", como la llama el Kremlin. 

Las nuevas medidas de la UE han tardado casi un mes en decidirse. El bloque de 27 socios ya ha impuesto 18 paquetes de sanciones contra Rusia por la guerra, pero llegar a un acuerdo final sobre a quién y a qué objetivos puede llevar semanas. Sobre todo, cuando hay naciones que no acaban de perder su cariño por Putin, como es el caso de Hungría. En este caso, el país magiar y Austria, siempre reticentes, ya fueron convencidos días atrás. El último obstáculo lo ha planteado la Eslovaquia de Robert Fico, otro sospechoso de cercanía a Rusia. 

El acuerdo conocido este jueves se ha sellado en una reunión hoy mismo, entre embajadores de la UE, apenas unas horas antes de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se una a sus homólogos europeos para la cumbre de un día, mientras presionan por un alto el fuego que en el Kremlin ni se plantean, insistentes en sus posiciones maximalistas: quieren todo el Donbás y no van a renunciar a Crimea, por ejemplo. 

El presidente ruso, Vladimir Putin, en la celebración del 20º aniversario de la cadena de televisión estatal rusa RT, en el Teatro Bolshoi de Moscú, el 17 de octubre de 2025.Pavel Bednyakov / Pool via REUTERS

Esta semana, Trump anunció que su plan para una reunión rápida con Putin (en Budapest, además) estaba en suspenso porque no quería que fuera una "pérdida de tiempo". Fue otro giro en el intento intermitente de Trump por poner fin a la guerra, iniciado desde que llegó de nuevo a la presidencia de EEUU, el pasado enero. Prometió acabar con esta guerra "en 24 horas" y ahora se ha dado cuenta de que las tácticas dilatorias de la Federación no se lo ponen fácil. 

Los líderes europeos también están ansiosos por ver hoy cualquier progreso en el plan de paz de Gaza de Trump y hoy debatirán las formas de mantener al bloque involucrado en ello, en bloque. La UE es el mayor proveedor de ayuda del mundo a los palestinos, pero tiene poca influencia sobre Israel (en parte porque las naciones europeas están divididas sobre cómo manejar el conflicto) y ha tenido dificultades para desempeñar un papel importante, por más que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, reivindique un nuevo papel del actor europeo, más "geopolítico". 

No llega el momento. De hecho, lo que ha hecho es ceder, dejando congeladas sus medidas contra Israel por el genocidio, porque entiende que podrían afectar el proceso de estabilización en la franja palestina. Por ahora, no habrá sanciones

Coalición de Dispuestos y fondos congelados

Su papel en la guerra en Ucrania es mucho más claro, lo que hace que le lluevan las críticas por un doble rasero a la hora de defender sus principios fundacionales. Hoy, su nuevo paquete se ve legitimado porque las fuerzas armadas rusas atacan sistemáticamente en estas horas la red eléctrica del país, devastado por el conflicto justo cuando el clima comienza a volverse más frío.

A principios de esta semana, los principales partidarios europeos de Ucrania que forman parte de la Coalición de los Dispuestos o Voluntarios dijeron que se oponían a cualquier intento de obligar a Ucrania a entregar las tierras capturadas por las fuerzas rusas a cambio de la paz, como Trump ha sugerido recientemente. Reino Unido acogerá el viernes una reunión de los miembros de esa coalición, de más de 30 países.

Del lado de la UE, los líderes tienen la intención de impulsar los planes para utilizar miles de millones de dólares en activos rusos congelados para ayudar a financiar los esfuerzos bélicos de Ucrania, a pesar de algunas dudas sobre las consecuencias de tal medida. La mayor parte de los activos congelados (unos 225.000 millones) se encuentra en Bélgica, y el Gobierno de este país se ha mostrado reacio a asumir riesgos al utilizar el dinero sin garantías firmes de sus socios europeos. La idea es buscar un seguro común para que todos se hagan responsables si llega la demanda. 

Se estima que el presupuesto y las necesidades militares de Ucrania para 2026 y 2027 ascenderán a unos 153.000 millones de dólares, por lo que es probable que los líderes de la UE también firmen una nueva "hoja de ruta" para preparar a Europa para defenderse de un ataque ruso a finales de la década. Altos funcionarios creen que Rusia podría estar lista para atacar a otro país europeo en un plazo de tres a cinco años, informa AP.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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