Susto y factura tras un vuelo de Bangkok a la ciudad helvética de Zúrich. Así lo recoge el medio galo MidiLibre en una información en la que se hace eco de la historia vivida por el pequeño de 13 años Leon Backenecker, que viajaba solo en dicho trayecto.

En realidad era el vuelo de regreso, puesto que había pasado en la capital tailandesa unos días de vacaciones con su padre y su hermano mayor Rafael. Pero antes de despegar sufrió un ataque de tos potente y, tras ser informado el piloto, este decidió que tenía que desembarcar. El vuelo salió sin él y se quedó en Tailandia.

Desde la aerolínea se pusieron en contacto con el hermano mayor y le dijeron que debía recoger al menor en el aeropuerto. Pero Rafael también tenía que coger un avión para regresar a Suiza. "Un empleado [de atención al cliente] me dijo que no era su problema", explicó el padre, Jochen Backenecker.

La ¿solución?

Finalmente, buscaron otra alternativa en otro vuelo, pero otro empleado le solicitó que obtuviese un certificado médico. Tras dos negativas, un tercer profesional sanitario accedió con la condición de que el niño lleve mascarilla durante todo el trayecto "¿Pero por qué no se consideró esta opción desde el principio?", expresó estupefacto el progenitor. Al final, el vuelo le salió por 540 euros, pero pudo regresar al cantón suizo.

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