El 2025 de la familia real: las primeras veces de Leonor, el gran paso de la infanta Sofía, el regreso de lo que tanto se hizo esperar y el incómodo pariente
El año ha sido intenso para la familia real española, con la princesa Leonor y la infanta Sofía como grandes protagonistas con permiso de cierto familiar.
La familia real española ha dejado atrás sus años más complicados en lo que a escándalos se refiere. Con el caso Nóos ya atrás, aunque lo haya vuelto a recordar el rey Juan Carlos en sus memorias, e Iñaki Urdangarin haya concedido una entrevista, y con lo de peor del emérito también a un lado (más o menos), Felipe VI ha podido concentrarse, con la necesaria ayuda de la reina Letizia y también de sus hijas Leonor y Sofía, en encauzar una monarquía que ha logrado recuperarse tras vivir unos años muy malos.
No es que goce de una salud de primera, porque no hay que olvidar que España no es monárquica, sino que su popularidad o impopularidad depende de quien esté reinando y cómo lo haga, pero las cosas han ido mejorando.
Así, al repasar el año 2025 se puede comprobar que mientras Reino Unido y Noruega han vivido una etapa complicada y turbulenta por el expríncipe Andrés en un caso, y por Marius Borg Høiby en otro, en la familia real española ha habido cierta tranquilidad salvo a finales de año gracias al que suele aparecer para complicarlo todo: el rey emérito.
Leonor: del mar al aire pasando por Navarra
Biografías aparte, que ya llegaremos a eso, 2025 ha sido un año fundamental para Leonor. El 11 de enero embarcó en el Juan Sebastián de Elcano en Cádiz para empezar la que a buen seguro ha sido la aventura de su vida. Comenzaba así la segunda parte de su formación en la Armada y una travesía de casi medio año en la que recaló en Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Colombia, República Dominicana y Estados Unidos.
En el camino, la princesa de Asturias aprendió enormemente en el crucero de instrucción, pero no solo conocimientos teóricos y prácticos claves para su formación castrense, sino que hay cámaras en todas partes y que el estar lejos de España no implica que vaya a pasar desapercibida. Mientras se encontraba a bordo del Elcano cruzando el océano todo estuvo tranquilo, pero al llegar a tierra todo cambió.
En Salvador de Bahía le hicieron unas fotos con un compañero del Elcano que parecía ser su novio. En Montevideo fue a la playa con otros guardiamarinas y le fotografiaron en bikini. Mientras que en Chile se filtraron imágenes de una cámara de seguridad de un centro comercial y una foto en la que aparecía con una cerveza.
Aunque hubo cierta polémica, al final todo quedó olvidado y la princesa Leonor finalizó sin sobresaltos su crucero de instrucción, no sin antes darnos más momentazos como el reencuentro con su madre en Panamá o su paso por la fragata Blas de Lezo, buque de guerra en el que participó en el ejercicio SINKEX, un entrenamiento en el que se prueban armas con fuego real. Fue otra de las primeras veces de Leonor en 2025.
Pero todavía hubo más debuts. El 1 de septiembre le vimos estrenando el uniforme del Ejército del Aire al ingresar en la Academia de San Javier, su último curso de formación militar. Y ese mismo día ya fue fotografiada como toda una princesa Top Gun al ponerse el mono verde salvia de vuelo y subirse a un Pilatus PC-21.
Tres meses después realizó lo que se conoce como la suelta, es decir, el primer vuelo en solitario de Leonor a los mandos de Pilatus. Llevaba una instructora detrás, sí, pero la que pilotaba era la princesa.
Por si fuera poco, en septiembre ejerció por primera vez como princesa de Viana, el título que llevaban los herederos de la corona de Navarra y que ostenta Leonor. Nunca antes había visitado oficialmente la Comunidad Foral, por lo que fue un viaje muy importante y relevante para ella. Montblanc, Cervera y Balaguer se le resisten, pero esa es ya otra historia.
El gran año de la infanta Sofía
Y si Leonor fue protagonista, no le anduvo a la zaga su hermana Sofía, que ha tenido un año intenso. En abril cumplió 18 años y lo celebró con un posado en La Zarzuela. Meses después dio el paso más importante de su vida al ingresar en la universidad para estudiar Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en el Forward College y se mudó a Lisboa.
A este debut se le unió su encuentro con el presidente de la República Portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa, que le recibió en el Palacio de Belém. Fue la primera vez en la que la hija pequeña del rey era recibida en solitario por un jefe de Estado extranjero.
Además, Felipe VI concedió a su benjamina la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica como muestra de su real aprecio. Se trató de su primer honor, aunque seguramente habrá más si dedica su vida al servicio a la corona y a España.
Fue un 2025 de condecoraciones porque por el 11 aniversario de su reinado, Felipe VI otorgó los primeros títulos nobiliarios de su reinado. Los agraciados fueron Rafa Nadal, Teresa Perales, Luz Casal, Cristina García Rodero, Carlos López Otín y Jaime Alfonsín, todos ellos marqueses.
Un toisón, unas memorias y un multitudinario almuerzo
Además, el rey concedió el Toisón de Oro a su madre, la reina Sofía, a Felipe González, expresidente del Gobierno, y a Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y a Miguel Roca Junyent, los padres de la Constitución que siguen con vida. Para entregar la más alta condecoración que puede otorgar el rey de España se eligió el 50º aniversario del regreso de la monarquía a España.
Ese medio siglo celebrado en noviembre fue la excusa para que el lanzamiento de Reconciliación, las memorias del rey Juan Carlos, se atrasara a diciembre y no eclipsara una efeméride tan relevante. Pero en Francia no se logró parar y se publicó cuando estaba previsto, por lo que justo antes de la conmemoración fue llegando a España a cuentagotas lo más llamativo de lo que contaba el emérito en su biografía.
La familia real volvía a estar en el disparadero mediático por culpa de Juan Carlos I, que parecía querer nuevamente protagonismo a costa de suponer nuevamente un quebradero de cabeza para la casa real en general y para Felipe y Letizia en particular.
Tampoco ayudó la entrevista que concedió a France 3, en la que fue más conciliador y no cargó contra Letizia, ni expresó en palabras lo que escribió ayudado por Laurence Debray sobre la insensibilidad de su hijo. Eso sí, soltó que la Constitución de 1978 era la del rey Juan Carlos o que no se arrepentía de nada.
Tuvieron que verse todos las caras el 22 de noviembre, día en el que se cumplió medio siglo desde la subida al trono de Juan Carlos I, y que se celebró con un almuerzo en El Pardo al que Felipe VI invitó a numerosos familiares para honrar también a la reina Sofía tras haber recibido el Toisón de Oro.
Se trató de momentazo del que nos hubiera gustado tener fotos al margen de las entradas y salidas, aunque era evidente que eso no iba a pasar. Lo que ocurrió allí dentro solo ellos lo saben, pero se dice que había mucha gente y una mesa muy larga, así que la gente habló con quien quiso hacerlo.
Vuelven las tiaras al palacio real
Por otro lado, el otoño de 2025 marcó el regreso de las visitas de Estado. Los reyes fueron a Egipto y a China y recibieron en Madrid al Sultán de Omán y al presidente de Alemania y su esposa. Después de más de dos años la reina Letizia abrió el joyero real para adornar su cabeza con una de las tiaras a su disposición.
Para la cena de gala con el Sultán de Omán escogió la tiara de María Cristina, una de las piezas que no estaban destinadas para las reinas de España, pero tras la muerte de su madre, Juan Carlos I llegó a un acuerdo con sus hermanas para que la joya quedara a disposición de la rama principal de la dinastía.
Cuando los invitados en el Palacio Real fueron el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y su mujer, Elke Bünderbender, Letizia se coronó con la tiara Cartier, una pieza que Alfonso XIII regaló a la reina Victoria Eugenia y que Ena legó al morir a su hija María Cristina. Juan Carlos de Borbón se la compró a su tía para que quedara en manos de las reinas, y así ha sido desde entonces.
Y así, con tantas primeras veces de Leonor y Sofía, con la celebración del 50º aniversario del regreso de la monarquía a España, con el regreso de las tiaras y las visitas de Estado y con las memorias del emérito, se llegó al final de un año que no terminó sin el tradicional mensaje de Nochebuena del rey. Esta vez cambió su escenografía y apostó por darle nuevos aires. Después llegaron las vacaciones de Navidad para coger fuerzas para un 2026 que promete.