"La industria no da abasto con la demanda de aviones, pero quien puede esperar prefiere Airbus", defiende el presidente de la compañía, Alberto Gutiérrez.
Las averías en los aviones civiles rusos se ha multiplicado por tres, el mantenimiento se vuelve "artesanal" y los controles se reducen al mínimo, con el riesgo que lleva.