Este experto explica que dejar de tomar no es sólo una cuestión de fuerza de voluntad, sino el resultado de mecanismos neurológicos, hormonales y de conducta.
La inflamación se produce por aspectos como el estrés, la mala gestión de las emociones, la falta de descanso o los malos hábitos de vida y alimentación.
Resalta que las claves están en cómo tolera cada persona estos alimentos, cuánto falta para que inicie el ejercicie y qué tipo de sesión va a realizar.
Conviene ser asertivos y, en el caso de que necesitemos ayuda, preguntemos a un especialistas pautas que nos ayudarán a afrontar y evitar situaciones incómodas.
Esta experta explica las razones por las que no debe ser un parche, sino convertirse en una toma nutritiva que nos sostiene por la tarde, sólo si lo necesitamos.
A pesar de la creencia popular, los refrescos no hidratan ni alivian los síntomas. Su exceso de azúcar y cafeína puede agravar la diarrea y acelerar la deshidratación.