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¿Pero qué le ha dado a Trump con Europa? Las claves de su ataque frontal al liderazgo y la unidad en la UE

¿Pero qué le ha dado a Trump con Europa? Las claves de su ataque frontal al liderazgo y la unidad en la UE

El presidente de EEUU ya no disimula: apuesta en su nueva Estrategia de Seguridad Nacional por alentar a la ultraderecha afín en el viejo continente, esa que quiere dinamitar las instituciones comunitarias desde dentro. "Son débiles", se mofa. 

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con las banderas de su país y de las Unión Europea de fondo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con las banderas de su país y de las Unión Europea de fondo.Getty Images / El HuffPost

Donald Trump es transparente: odia el multilateralismo, apuesta por unas relaciones diplomáticas bilaterales, transaccionales, basadas en lo que quiere sacar a cada nación. Los bloques y las grandes organizaciones le repelen, porque sabe que necesita más esfuerzo para convencer a las partes, porque le es más difícil aplicar su capacidad de presión, que no de encantamiento personal. Por eso habla pestes de las Naciones Unidas, por eso se desvincula del espíritu de la OTAN y por eso ahora está atacando sin piedad a la Unión Europea (UE). 

En los últimos días el nivel de agresión contra Bruselas ha alcanzado un nivel sin precedentes. Antes ha habido muchos tiritos e indirectas, comentarios malvados y condescendientes, pero ahora estamos ante una agresión total, sin rectificaciones, al liderazgo y a la unidad de Europa, porque un bloque dividido, donde crezca el euroescepticismo, es mejor para él, lo mismo que para Rusia. Así será débil, y eso lleva a caudicar, a ceder, a tragar. 

De dónde nace la polémica

La enorme polémica que nos ocupa nace hace cuatro días, cuando se dio a conocer la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Trump, que fomenta la resistencia dentro de Europa, alienta a los partidos de ultraderecha (los afines al movimiento MAGA, que rechazan las instituciones europeas) y desdeña la cooperación con el viejo continente. 

Lo que más ha alertado es que el documento identifica una "creciente influencia de los partidos patrióticos" como señal de un posible "renacimiento espiritual" europeo. No cita a ninguna fuerza en concreto, pero los nombres vienen a nuestra cabeza si cambiamos lo de patrióticos por populistas y ultraderechistas: del español Vox al francés Reagrupamiento Nacional, pasando por el Fidesz húngaro o los Fratelli d'Italia. La Administración Trump alienta a los "aliados políticos" del continente a impulsar un giro cultural y político que revalorice las identidades nacionales. A entender, dicha senda sería una oportunidad para "corregir la trayectoria actual" y reforzar a Europa como aliado firme frente a amenazas exteriores. 

Esa toma de partido por sus correligionarios -dejando claro que la apuesta no es de EEUU sino del Partido Republicano que ahora gobierna vía Trump- se ve ampliada más tarde cuando el texto habla de las amenazas a la "civilización" europea. Cita, por ejemplo, la caída continental en el peso del PIB global, del 25% en 1990 al 14% de hoy, y la atribuye a un exceso de regulación nacional y supranacional que, según Washington, frena la creatividad y la productividad. Pero si a esas políticas perniciosas se le suman otros factores, como la combinación de políticas migratorias, la censura a los medios y las redes, la baja natalidad y erosión identitaria acabaremos, según su augurio, en un continente en vías de ser "irreconocible". "Queremos que Europa siga siendo europea", insiste EEUU, que critica la "asfixia regulatoria" de Bruselas, de tener unas instituciones como mastodontes, lentas y pesadas, que "erosionan las libertades políticas". 

Muchos gobiernos están "en crisis", con "mayorías inestables" y dispuestos a "pisar principios democráticos para suprimir a la oposición", su particular relato  de debates sobre si hacer cordón sanitario a los ultras o incluso ilegalizar formaciones, como se estudia con la AfD de Alemania (otros amigos suyos, de paso). Parece que la Estrategia se la hubiera redactado un comité formado por la crème de la crème ideológica de todas estas formaciones, porque repite los argumentos de una Europa que no es, donde se violan las libertades, se ponen mordazas y se impide que haya una "amplia mayoría" de europeos que "quieren paz".

Un clásico que ahora cobra más peso por estar en un documento oficial y acompañado de una lectura que firma la derecha radical de aquí, la de la teoría del gran reemplazo, que advierte de un esfuerzo deliberado para reemplazar a los blancos por inmigrantes no blancos. La esencia de nuestra civilización, a juicio de Washington, se desvanece, y sólo los amigos de Trump tienen la opción de salvarla. 

Más: la Estrategia lamenta que, teniendo la UE en suma mejor ejército y medios (armas nucleares aparte) que Rusia, no haya puesto fin a la invasión de Ucrania, iniciada en febrero de 2022. Es entonces cuando entra el papel de salvador de EEUU, que sí tiene interés en "un cese expedito de hostilidades" que estabilice la región y reduzca el riesgo de una escalada involuntaria. El mismo Trump prometió resolver el conflicto en 24 horas y lleva ya un año en el cargo. Por ahora, sólo hemos visto a Vladimir Putin ganando tiempo

Pese a todo, formalmente, el documento reconoce la importancia cultural, económica y tecnológica de Europa para EEUU, una fuente de innovación, asume. Deslindarse de Europa sería "contraproducente". A este lado del Atlántico hay poblaciones "creativas, capaces, confiadas y democráticas", y con las que aspira a trabajar para "restaurar su antigua grandeza", como lleva haciendo décadas y décadas. Una loable aspiración, tras todo lo dicho. 

Erre que erre

¿Ha matizado algo Trump tras lo conocido? ¿Ha edulcorado un poco su mensaje hacia sus socios de siempre? Todo lo contrario. "Europa debe tener cuidado, va en mala dirección", dijo esta madrugada, quejándose de la multa impuesta recientemente a la red social X, de 120 millones de euros, que al presidente norteamericano le parece desproporcionada. Dice que la multa es "desagradable". 

Pero es que hay más: en las últimas horas, se ha conocido el contenido de una entrevista que concedió el lunes a POLITICO, en la que ya se desata contra Europa. Por ejemplo, dice que la UE es un grupo de naciones en decadencia lideradas por personas débiles, que no controlan la inmigración y van a ir al desastre y no son capaces de pacificar Ucrania. Otra vez el pack completo de la Estrategia de Seguridad, pero con palabras más feas. "Creo que son débiles", dijo Trump sobre los líderes políticos europeos. "Pero también creo que quieren ser políticamente correctos". "Creo que no saben qué hacer", añadió. "Europa no sabe qué hacer", concluye.

El citado medio sostiene que Trump se refirió a Bruselas con "franqueza brusca, incluso abrasiva", en su conversación con la periodista Dasha Burns. "Los comentarios de Trump sobre Europa llegan en un momento especialmente delicado en las negociaciones para poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania, mientras los líderes europeos expresan una creciente preocupación por la posibilidad de que Trump abandone a Ucrania y sus aliados continentales ante la agresión rusa. En la entrevista, Trump no ofreció ninguna garantía a los europeos al respecto y declaró que Rusia estaba obviamente en una posición más fuerte que Ucrania", expone.

El magnate no se corta y amplía aún más su reflexión sobre la debilidad europea, indicando que ciudades como Londres y París están hundidas bajo el peso de la migración procedente de Oriente Medio y África. Sin un cambio en la política fronteriza, afirma, algunos estados europeos "dejarán de ser países viables". Y pone un ejemplo que se califica por sí mismo: al hablar del alcalde izquierdista de Londres, Sadiq Khan, hijo de inmigrantes pakistaníes y el primer alcalde musulmán de la ciudad, lo tilda de "desastre" y atribuye su elección a la inmigración, no a los méritos: "Resulta elegido porque tanta gente ha llegado. Ahora votan por él". Y ya. 

Trump insiste en que seguiría apoyando a sus candidatos favoritos en las elecciones europeas, incluso a riesgo de herir las sensibilidades locales. "He apoyado a gente, pero a gente que a muchos europeos no les gusta. He apoyado a Viktor Orbán", el primer ministro húngaro de extrema derecha, de quien  dijo admirar por sus políticas de control fronterizo.

Sobre el papel concreto de la UE en la guerra de Ucrania, dijo que no le da mucha importancia: "Hablan, pero no producen, y la guerra simplemente continúa". Lo dice quien parece olvidar que Ucrania no es aún un país de la Unión, quien no llamó a Bruselas para lanzar las negociaciones de paz con Putin y quien luego no ha escuchado las propuestas que le han hecho los supuestos aliados para proteger la soberanía de los ucranianos. Ah, también quienes van a pagar armamento norteamericano (o sea, dinero que quedará en su industria nacional) ara enviar armamento a Kiev, ante la negativa de EEUU a hacerlo, y quien se ha comprometido a mandar tropas a la zona si llega la pacificación, algo que Washington ha descartado, por su lado. 

Por su fuera poco, en POLITICO también ataca Trump al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, por no convocar elecciones, cuando su mandato ha caducado. Se escuda en las complicaciones de la guerra, algo que Europa comprensa. El amigo americano no. "Hace mucho tiempo que no hay elecciones", dice. "Hablan de democracia, pero llega un punto en que ya no es una democracia". Muy duro. 

El republicano no va a cambiar de línea porque es la que defiende desde que retornó a la Casa Blanca. Ya en febrero pasado, su vicepresidente, JD Vance, dio un discurso en la Conferencia de Seguridad de Múnich (el principal foro mundial anual, privado e informal para debatir la política de seguridad internacional) en el que atacó al liderazgo comunitario de una forma sorprendente. "La principal amenaza [para Europa proviene] de dentro", dijo, apuntando a las élites políticas europeas. También se quejó del supuesto "retroceso de libertad de expresión". Hubo mandíbulas desencajadas entonces. Ya no sorprende. 

Injerencias no, gracias

Ya no sorprende, pero enfurece, claro. Por ahora quien más fuertemente ha respondido a Trump ha sido Antonio Costa, el presidente del Consejo Europeo, indignado con el comportamiento del presidente de EEUU. "No podemos aceptar esta amenaza de injerencia en la vida política europea. EEUU no puede sustituir a los ciudadanos europeos a la hora de elegir qué partidos son buenos y cuáles son malos", dijo el lunes en un comunicado. 

La publicación de la Estrategia de Seguridad en los términos conocidos le parece "inaceptable". "Si somos aliados, debemos actuar como aliados, y los aliados no amenazan con interferir en la vida política interna de sus aliados, la respetan; no podemos aceptar esta amenaza de interferencia en la vida política de Europa", señaló la conferencia anual del Instituto Jacques Delors, en París.

El portugués admite "diferencias" en la relación entre los dos aliados y asume que "las alianzas forjadas tras la Segunda Guerra Mundial han cambiado", ya que Bruselas y Washington "no comparten la misma visión del orden internacional". "Nosotros seguimos siendo defensores del multilateralismo, creemos en un orden basado en reglas, creemos en la ciencia, en la libertad científica y no ignoramos desafíos globales como el cambio climático. Estados Unidos ya no cree en el multilateralismo ni en un orden basado en reglas, y afirman que el cambio climático es una mentira. Tenemos diferencias en nuestra visión del mundo", concluyó. 

El presidente de EEUU, Donald Trump, saluda al presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, el 13 de octubre de 2025, en Sharm el-Sheij (Egipto), en la firma del acuerdo sobre Gaza.
El presidente de EEUU, Donald Trump, saluda al presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, el 13 de octubre de 2025, en Sharm el-Sheij (Egipto), en la firma del acuerdo sobre Gaza.Evan Vucci / Getty Images

Costa es socialista y por eso no extraña que haya sido el primero en dar un paso y hacer reproches a Trump. Más lentas están siendo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del Europarlamento, Roberta Metsola, ambas del Partido Popular Europeo por sus países (Alemania y Malta). Metsola, por ser justos, ha transmitido apenas una frase a POLITICO: la UE debería "no disculparse" por su "capacidad de legislar por nosotros mismos". Pero ni rueda de prensa ni comparecencia ni nota. 

Los conservadores se están apoyando en esta legislatura con la ultraderecha para sacar adelante propuestas parlamentarias y la propia presidenta de la CE dijo en campaña, el año pasado, que no se cerraba a hablar con ellos. Luego, la mayoría centrista y demócrata del hemiciclo la apoyó sin necesidad de recurrir a los radicales, pero su bloque sí que lo está haciendo, rompiendo el cordón sanitario. Manfred Weber, el presidente del Grupo del PPE, ha expuesto al mismo diario, ante esta crisis, que "EEUU está abandonando su papel como líder del mundo libre". Washington se está convirtiendo en un "negociador egoísta" bajo la presidencia de Trump y la única salida, afirmó, es que Europa integre la política exterior, la política de defensa y la política energética para que las decisiones se tomen a "nivel europeo".

Este martes, ya sin escapatoria ante los medios, ha tenido que reaccionar la alta representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, que entiende que la Estrategia busca ser "una provocación". Los comentarios negativos de Washington deberían dirigirse contra países como Rusia, defiende. "Creo que debemos tener más confianza en nosotros mismos porque todas estas cosas (incluidas en la estrategia de EEUU) las lees y sabes que en lo que respecta a Europa no son ciertas. Me parece que está hecho como una provocación para que reaccionemos", declaró Kallas en una comparecencia en la comisión de Asuntos Exteriores de la Eurocámara, informa EFE.

"También podemos señalar mucho lo que está mal en Estados Unidos, pero ese no es el modo en que trabajamos. No vamos a inmiscuirnos en los asuntos internos de otros países", agregó, y subrayó que la UE está "construyendo su propia defensa, su propia industria de la defensa", y está trabajando en "liberarse de las dependencias". "Puedo decir que Europa es muy libre y muy liberal", aseveró, y también recordó que el país norteamericano "todavía es nuestro mayor aliado".

Sobre que la UE tenga más confianza, Kallas dijo que es una necesidad en relación con Rusia, con China y "a veces también en lo referente a nuestros aliados como Estados Unidos". "La Unión Europea es la pura esencia de la libertad, así que cualquier crítica semejante sobre las libertades aquí debería dirigirse en una dirección diferente, a Rusia quizás, donde la disidencia está prohibida, los medios de comunicación libres están prohibidos, la oposición política está prohibida, 'X' o 'Twitter' está prohibido", expresó.

También POLITICO ha pulsado la opinión de los portavoces de los principales grupos parlamentarios europeos. La socialista Iratxe García cree que la obsesión con el declive europeo es una fantasía del MAGA (Make America Great Again). Para la presidenta del grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D), en lugar de socavar la soberanía, la UE la fortalece al garantizar el crecimiento, la estabilidad y la paz. Para Valérie Hayer, centrista de Renacimiento (Francia) y al frente del liberal Renew, los autores de la Estrategia intentan "distorsionar nuestro panorama político y empoderar a quienes socavan y fracturan la unidad europea". El hecho de que los "partidos extremistas" buscaran apoyo extranjero demuestra que "su pretensión de ser 'patriotas' no es más que una farsa tóxica", añadie.

Divide y vencerás

De Trump siempre se dice que emplea la "estrategia del perro loco", una táctica de negociación y política exterior que consiste en hacer creer a los adversarios que uno es irracional y volátil. Así, por miedo a una respuesta impredecible y desproporcionada, los oponentes evitan provocar al actor o ceden en las negociaciones. Algo de eso hay, pero en este caso, también un claro convencimiento de que Europa, si existe, mejor que esté dividida. No es una fanfarronada; es ideología. 

De ese programa político viene este nuevo ataque, deliberado, cuando Europa le estorba para negociar con Rusia (ha tenido que leerse al menos la contrapropuesta comunitaria) y le pone problemas a la hora de afinar el acuerdo de aranceles alcanzado en verano con Von der Leyen, que era un marco y ahora hay que llenar con un dibujo a todo detalle.

"Trump y sus compinches quieren destruir la Unión Europea, devolverla a la era de las ciudades-estado. El presidente estadounidense cuenta con Viktor Orbán, el primer ministro húngaro, y sus aliados políticos, los Patriotas, que se han vuelto cada vez más poderosos. El cambio se producirá democráticamente, durante las elecciones nacionales. Elon Musk, el poderoso magnate tecnológico estadounidense, se ha puesto al servicio de este plan. X, su red social, se ha convertido en el instrumento para manipular e influir en los votantes. El objetivo es la reelección de Orbán en 2026 y la toma de Francia por los Patriotas de Agrupación Nacional en 2027", denuncian los periodistas David Carretta , Oliver Grimm y Christian Spillmann en La Matinale Européenne.

La multa impuesta el viernes por la Comisión a X por incumplir las normas europeas de transparencia fue "el detonante", señalan, porque se supo el mismo día en que se publicó la Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU. Ya todo estaba a punto de caramelo, pero fue la gota que sobraba en el vaso. Supone, dice la Casa Blanca, un ataque a la libertad de expresión, pese a que allí haya carta blanca incluso para el odio y la coacción. En la UE, la libertad está más regulada por leyes nacionales y europeas (como la Ley de Servicios Digitales), que permiten restricciones al discurso de odio, la desinformación y la difamación. 

No hay más que ver las palabras con las que reaccionó el dueño de X, Elon Musk, para entender la jugada. "La UE debería ser abolida y la soberanía debería ser devuelta a cada país para que los gobiernos puedan representar mejor a sus ciudadanos", declaró Elon Musk en X. "Hablo en serio. No bromeo", aclaró en los comentarios. Musk lo está convirtiendo en un asunto personal y exige que la administración estadounidense sancione a "quienes interpusieron esta acción contra mí", tal como se sancionó a los jueces de la Corte Penal Internacional (CPI), que viven una pesadilla por haber autorizado órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por presuntos crímenes de guerra cometidos en Gaza.

"Las declaraciones descabelladas forman parte de la libertad de expresión, argumentó el portavoz de Ursula von der Leyen ante el mensaje de Musk. "No queremos involucrarnos en debates ideológicos". La Comisión está, pues, tratando de no entrar al trapo. Y eso, por otro lado, también puede entenderse como debilidad. Diversos medios de la burbuja europea publican estos días que la CE insiste en que está investigando para "determinar si las redes sociales se están utilizando para influir en los procesos electorales", pendientes de lo que quiera hacerse sobre todo desde EEUU y Rusia, pero sin más detalles. 

Los líderes europeos se reunirán en una cumbre en Bruselas los días 18 y 19 de diciembre y se espera para entonces una puesta en común de esta crisis y, a ser posible, una respuesta unitaria para que no haya un millonario frotándose las manos con el espectáculo desde su dorado Despacho Oval. 

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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