Cuando se acaba el buen tiempo, muchas personas tienden a aislarse e hibernar, pero eso no es algo muy recomendable si tienes una jornada laboral de 8 horas.
Muchos jefes confunden "fortaleza" con otros conceptos como "dominación", "control" u otros comportamientos desproporcionadamente severos. Piensan que tener el control y presionar a los demás servirá para que todos les sigan fielmente
Todos tenemos a alguien en mente: a esa persona que no deja de hablarte cuando estás intentando terminar algo que tienes que entregar, el que se aprovecha descaradamente de tus ideas y se lleva el mérito o el que te hace quedarte hasta altas horas de la noche arreglando un error suyo.
Me dedico con orgullo a la profesión más antigua registrada en el planeta, pero a la más antigua de verdad: soy cronista, comunicadora, soy periodista, señores. Así como los primeros humanos relataron su cotidianidad en las de las cuevas de Altamira, así mismo relato yo, pero con las cámaras del siglo XXI.
Circulan por las redes muchos artículos sobre la conciliación. Que si el Gobierno no ayuda, que si la empresa y los colegios no lo ponen fácil...Todos ellos tienen algo de razón, pero mientras unos y otros se deciden a hacerme la vida más fácil, yo intentaré renunciar lo menos posible a conciliar mi familia con mi trabajo, el hogar, el deporte y mi vida social.
Por ejemplo, posponer la alarma. Cuando duermes, el cerebro pasa por varias fases y la última te prepara para estar alerta a la hora de levantarte. Por eso a veces nos despertamos justo antes de que suene el despertador. Si te vuelves a dormir, pierdes ese nivel de alerta y te despiertas más tarde, cansado y grogui.
Recuerdo escribirle un mensaje a mi marido diciéndole que estaba siendo un día duro y que tardaría en llegar a casa. Era el último día de colegio antes de las vacaciones; una época en la que el personal docente está deseando acabar. Llegué más tarde de lo que pensaba, entré en la cocina y me eché a llorar. Se había convertido en algo normal.
Cuando analizamos la convivencia entre humanos y robots, proyectamos futuros basados en nuestra forma de pensar. Pero la inteligencia y los sentimientos no son patrimonio de la mente humana. Los robots podrían adquirir una inteligencia artificial distinta y desarrollar otro tipo de sentimientos. ¿Por qué deberían ser depredadores como nosotros?