No, Netanyahu no visita a Trump para una reprimenda: su agenda va más allá de Gaza
El primer ministro israelí visita hoy a su homólogo estadounidense (y mayor aliado) en la mansión de Mar-a-Lago (Florida), en un clima de malestar por el constante incumplimiento del plan de paz en la Franja. Pero Tel Aviv espera salir de allí con carta blanca para el resto de sus planes e intereses en la región.
En menos de 24 horas desde que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, haya abandonado la mansión de Mar-a-Lago de su homólogo estadounidense, en Palm Beach (Florida); Donald Trump se dispone a cerrar los últimos flecos del año en lo que al otro gran polo de la política internacional y los intereses estadounidenses se refiere. La situación en Gaza, donde se acumulan los incumplimientos de su acuerdo para el plan de paz. Lo hará con otro mandatario que también quiere hablar de sus planes en la región. Aunque no se reducen a la Franja.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se dirige a EEUU para el que será su quinto encuentro con Trump en lo que va de año y en sus últimos compases. El menú de esta cita tiene como plato principal el avanzar en la segunda fase de dicho plan de paz, en un momento en el que las constantes violaciones y acciones que llegan por parte de Israel hacen temer que pueda materializarse. Ni está llegando la ayuda humanitaria en el volumen comprometido, ni se ha reabierto el paso egipcio de Rafá en ambas direcciones, ni hay visos de que Israel tenga planes a corto plazo de abandonar la más de la mitad de la Franja que controla. La misma desde la que dispara a discreción contra todo aquel que cruce la denominada línea amarilla ('yellow line').
Este escenario de inacción no gusta a una Administración Trump golpeada por los últimos cruces de filtraciones de documentos desclasificados del caso Epstein, que también acumula dudas sobre todas esas guerras o conflictos que el presidente estadounidense presume de haber cerrado y que conforman su particular currículum de méritos al Nobel de la Paz que aspira a acabar recibiendo algún día.
EEUU quiere "pronto" a la junta de paz de su acuerdo para Gaza
El Gobierno de EEUU buscará dar pasos en esa segunda fase que implica la creación de una autoridad que administre la Franja con tecnócratas y políticos palestinos, pero con Hamás desarmado. Su secretario de Estado, Marco Rubio, fue quien la semana pasada dejó claro que esperan que esté "pronto" en funciones, de cara a poder constituir después la fuerza de seguridad internacional. El mismo futuro organismo que en el último mes también acumula dudas sobre qué países la nutrirán, ante la postura de Israel y la negativa de Hamás a entregar las armas y el poder.
Pero Netanyahu no solo viene a abordar el futuro del enclave palestino reducido a escombros. La agenda israelí en Oriente Próximo y Oriente Medio puede coincidir con los intereses de Washington en varios puntos, pero Tel Aviv tiene su propio guion en un momento en el que ha superado militarmente y amenaza con doblegar a sus vecinos en la región. Desde Líbano a Irán, pasando por Siria. Esto es todo lo que Netanyahu va a poner en la mesa de Trump esta noche -en horario español, en Florida serán las tres y media de la tarde-.
Irán: qué hacer con los restos del 'Martillo de Medianoche'
Cuando confirmó que habría reunión en Mar-a-Lago, el pasado 22 de diciembre, Netanyahu dijo que se abordaría la segunda fase del plan en Gaza, pero que este no sería el único acuerdo del que hablarían. También incluye a Líbano y a Irán. Este último, el país con el que escalaron las tensiones hasta derivar en cruces de lanzamientos de misiles y la intervención estadounidense con los bombardeos a instalaciones nucleares iraníes en la operación Martillo de Medianoche.
La pasada semana, el régimen de los ayatolás anunció nuevas pruebas de misiles, las primeras desde que se pusiera fin a la guerra de 12 días que tuvo como detonante las tensiones surgidas del bombardeo israelí contra el consulado iraní en Damasco. A pesar de la operación contra el corazón del programa nuclear iraní, Israel ha regresado a su habitual retórica de alerta sobre las capacidades de Teherán, poniendo el foco en dichos misiles balísticos.
En estos momentos, Washington tiene muchos frentes abiertos, con Venezuela y la operación Lanza de Sur en máxima tensión. Reavivar la tensión con Irán, cuando EEUU ha tratado un acercamiento diplomático para un pacto nuclear del que Teherán es reacio, sería dar un paso atrás.
Líbano: constantes bombardeos a pesar del alto al fuego
Israel también necesita carta blanca para mantener su poder en otro escenario similar al de Gaza con Hamás. A pesar de que se suscribió un alto al fuego, los bombardeos israelíes sobre el Líbano, supuestamente contra integrantes e infraestructura del grupo chií Hizbulá, han sido constantes. EEUU también auspició este acuerdo de paz en noviembre de 2024.
El principal interés israelí es el de culminar uno de los puntos del acuerdo, el desarme completo de Hizbulá, considerado un grupo armado vinculado a los intereses de Irán. No obstante, este es un proceso al que el propio Hizbulá se está resistiendo y en el que debe participar las autoridades libanesas. El plazo que se fijó para este desarme es de un año y Beirut asegura que podrán cumplir. Lo que busca Israel es poder seguir manteniendo la presión militar asegurando que evita que esta milicia se reconstruya.
Siria: 'proteger' a los drusos conquistando y sin soltar los Altos de Golán
Hay otro asunto pendiente en la región que quizás haya pasado más inadvertido, ante los propios conflictos internos que afronta ese país. Se trata de la Siria post Assad. A pesar de los lazos estrechados entre Tel Aviv y Damasco -con la mediación de EEUU-, el Ejército de Israel mantiene la histórica ocupación de los Altos de Golán, territorio que arrebató a Siria durante la Guerra de los Seis Días, en 1967.
Pero a esta ha sumado nuevos episodios de incursiones más allá del territorio sirio ocupado y bombardeos contra bases militares del Ejército sirio con el pretexto de proteger a la minoría drusa del nuevo Gobierno en manos de los islamistas. Israel ha levantado siete bases militares en la zona de desmilitarización, incumpliendo el acuerdo del armisticio de 1974. Lo ha hecho esgrimiendo que "no permitiremos que el sur de Siria se convierta en el sur del Líbano", en palabras del propio ministro de Defensa, Israel Katz.
No obstante, Trump también ha hecho sus acercamientos a la nueva Siria y ha facilitado el levantamiento de sanciones internacionales, un proceso que quedó retratado en la visita del presidente Ahmed Al Sharaa -otrora excombatiente rebelde con precio puesto a su cabeza- a la Casa Blanca. La realidad es que la inversión que requiere reconstruir este país devastado por la guerra civil también se traduce en oportunidades económicas millonarias.