Si se miran los datos en el índice con base en 2021 y la evolución de los precios en el primer cuatrimestre del año, se aprecia una moderación que acusan especialmente los alimentos y la energía.
Todo apunta a que los aumentos han tocado techo y, aunque todo es más caro que en 2022, las subidas y bajadas sufren cambios muy pequeños desde el verano pasado.
Se han producido mejoras en la alimentación -con programas de asistencia alimentaria en las escuelas o ayuda para la compra de alimentos- y en el acceso a la educación y la asistencia sanitaria.
Las dinámicas de la producción hacen que el impacto de la bajada de la energía y las materias primas tarden en darse, pero podrían empezar pronto, según los expertos.