Las últimas encuestas hablan de una caída estrepitosa del PP frente a Vox, lo que permitiría a los socialistas soñar con ser primera fuerza. "Aunque para reeditar el gobierno progresista, Sánchez necesitaría mínimo llegar al 33 o 35% de los votos", estiman los politólogos consultados por El HuffPost.
Mientras los de Abascal aplauden la "buena noticia" porque denuncian que tenían contenido "con la mirada ideológica de la izquierda", las asociaciones de padres se llevan las manos a la cabeza: la prevención está en juego.
El alcalde madrileño anuncia que "voy a tener de dar unas explicaciones a las madrileñas, en este caso, que son las principales afectadas", confirmando que las dará en el Pleno extraordinario reclamado por Más Madrid y PSOE para abordar la polémica.
El líder de Vox cree que no se debe "fingir normalidad institucional con un Ejecutivo ilegitimo que está dinamitando el Estado de Derecho". Un acto en el que, un año sí y otro también, se suelen oír abucheos contra el presidente del Gobierno.
Federico Trillo, en el cargo durante el accidente del Yak-42, se despacha con otras figuras del PP, como Rajoy o De Cospedal, y rompe su silencio sobre lo que pasó con Casado. También le sobra tiempo para insistir en la 'conspiranoia' del 11M y para hablar de su nuevo libro.
Los populares ceden un 14,5% de sus votantes a Vox, mientras los socialistas reducen su porcentaje de indecisos, indica la última encuesta del instituto 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER.
El Ejecutivo vuelve a poner esta posibilidad sobre la mesa, en un contexto marcado por las demandas de Vox en Madrid en materia de atención a mujeres que quieren abortar, con las que ha vuelto a arrastrar a un PP que rectificó. Pero también con otros telones de fondo anteriores, como las decisiones judiciales en EEUU.
Voces dentro del partido piden a Feijóo una estrategia clara y evitar “los bandazos” ante el auge de Vox. Hay especial miedo a que ese incremento de apoyos de Abascal perjudique al partido en las próximas citas autonómicas.
La presidenta y líder del PP madrileño vuelve a marcar el paso del partido (y diferencias con otros barones) en una entrevista en la que se presenta como víctima de la "obsesión" del Gobierno, deja algunas cuestiones sin contestar y... otras sin explicar: "Vamos a dejarnos de cursiladas".